H a x e l © [Versión censurada de 361 Grados Completa]

1. S A L Ó N

H A X E L

361 Grados, versión censurada.

[Atención: este nuevo libro cumple con las normas de nuestro zucarita Wattpad por eso se dice que es una versión censurada. Te pido de la manera mas cordial que abandones esta lectura si eres menor de edad o si formas parte de una audiencia sensible a cualquier situación que te resulte perturbadora en todos los sentidos posibles]

Mis manos están tocando el pecho de Haxel.

Haxel es el chico más apartado y tímido de la clase, pero ahora estoy empezando a dudar de que en realidad lo sea.

Ambos estamos en el vagón de un tren que va en movimiento. Él lo tomó para huir de mí luego de lo que hizo. Y yo lo tomé por seguirlo. Por que la curiosidad me mataba.

Estábamos en clase, debatiendo un libro donde los protagonistas son dos locos enamorados unidos por un misterio, y Haxel me empezó a murmurar al oído que voltease.

Un escalofrío de sorpresa comenzó a recorrer mi cuerpo.  Jamás había cruzado palabra con este chico, ¿Por qué me pedía tal cosa?

“Voltea” susurraba por tercera vez, su tono de voz sobrepasaba a algo llamado necesidad.

La curiosidad se apoderaba de mí en ese momento, así que no espere que me lo volviera a pedir. Decidí voltear para entender por qué quería que lo hiciera.

El chico se levantó de un golpe.

Y encontré algo extraño en él. La cara la tenía sudada. Toda la clase lo miraba, y eso le dio muchos nervios. Así que corrió para salir enseguida del salón.

Los murmurllos sobre qué le pasaba se regaron por todo el salón, incluso la profesora se lo preguntó así misma en voz alta. Pero nadie entendía por qué había hecho eso.

Nadie solo yo. Justo antes de que saliera vi como llevaba en la raya de sus pantalones los libros. Como si estuviese ocultando algo ahí abajo, entonces pude entenderlo todo.

Me quedé pasmada por un buen momento. Pero después decidí ignorar lo que había pasado.

Aunque no lo pude ignorar por mucho tiempo que digamos por que la próxima vez que vi a ese chico fue cuando el timbre sonó, y me fui a la salida, y eso hizo que lo volviera a recordar.

Él iba saliendo del baño. Parecía dudar en cada paso que daba. Era como si alguien lo fuese siguiendo, pero no era así.

Esa es su forma rara de ser. Ese es uno de sus aires de chico tímido.

Yo iba a tan solo un metro detrás suyo. No me había visto, puesto que su cara estaba en dirección hacia el suelo casi todo el tiempo. Llevaba sus manos en los bolsillos siempre.

Apenas me daba cuenta de que lo iba siguiendo, pero ¿Por qué lo hacía?

Lo admito, otra chica en mi lugar estuviera indignada por lo que hizo y lo hubiera ido a quemar con rectoría. Pero yo no soy una chica abierta en muchos ámbitos y en este caso lo amerita.

Siempre he sido de mente muy abierta, y me ha ayudado mucho el hecho de que mis padres son dos hombres que formaron una linda relación y decidieron adoptarme.

Nunca los llamo por el sustantivo “padres”, a uno le digo tío biológico (por que en realidad lo es) y al otro le digo tío postizo.

Fuera del dilema de mi familia en el que entré, seguí tras los pasos de Haxel. Justo cuando se detuvo en la avenida donde tomaría el tren, volteó hacia atrás, y se dio cuenta que yo lo había estado siguiendo.

Su cara no expresó absolutamente nada, actuó con neutralidad.

Cuando me subí al mismo tren que él me di cuenta que en los vagones habían nada más unos cuantos pasajeros. Además, las luces de estos parecían fallar cada segundo, puesto que se encendían y apagaban por sí mismas.

Aun así, pude verlo, iba caminando en dirección al fondo del tren.

Caminé entre los pasajeros, llegué al último vagón, este tenía una especie de puerta, la abrí y ahí adentro estaba él. Este era el último vagón del tren así que ya no tenía escapatoria.

Me acerqué despacio. Extendí las palmas de mis manos frente suyo, el chico miraba hacia el suelo, y cuando logré que mis palmas entraran en contacto con su pecho, suspiró de forma lenta.