#2

1.1K 98 52
                                    

Con dificultad fue abriendo sus ojos, tratando de descifrar dónde estaba, sin embargo, su mirada era borrosa.
Por más que entrecerrara los ojos no lograba ajustar su visión. Eso provocó que comenzará a sentirse ansioso ya que lo que menos quería en esos momentos era tener que lidiar con el hecho de que comenzará a quedarse ciego.

Poco a poco su visión fue mejorando, por lo que su ansiedad fue disminuyendo.
Se encontraba en un cuarto que nunca había visto antes y no estaba solo, debido a que a su alrededor habían más pacientes acostados sobre sus camas.

"¡Mierda! ¡No deben verme aquí! ¡Tengo que salir de este cuarto antes de que sepan quién soy!"

Trató de levantarse de la cama pero sus piernas estaban muy débiles, por lo que al poner sus pies sobre el suelo, cayó al instante.
Intento arrastrarse en un intento desesperado de llegar hacia la puerta, pero sus brazos tampoco contaban con la fuerza necesaria para realizar aquella actividad.

-¡Tú puedes Ajax! ¡Mueve tus malditos brazos!

Intentaba automotivarse para poder avanzar pero era imposible, su cuerpo estaba demasiado cansado, pero su desesperación por no verse frágil era más fuerte que eso.

-¡Carajo Ajax! ¿No puedes hacer ni una mierda bien? ¡Levántate! ¡Levántate! ¡Levántate!

La frustración que sentía en esos momentos llegó al punto de que comenzó a golpear su cabeza repetidas veces sin parar de gritar "¡Levántate!" Sumando el hecho de que estaba llorando desenfrenadamente por todo el cumulo de emociones que tenía encima suyo por haber perdido algo tan básico como lo es la movilidad de tu cuerpo.
Su escándalo atrajo la atención de los médicos, quienes entraron al instante en la habitación y lo ayudaron a levantarse y acostarse nuevamente en su cama. Unos segundos después entró Zhongli a la habitación atraído por los gritos del contrario.
Se acercó a él, cogió una silla y se sentó a su lado.
Tartaglia se volteó hacia el otro lado por la vergüenza que sentía en esos momentos de que lo viera así. Sentía que toda su reputación se había ido al carajo y solo quería que se lo tragara la tierra para no tener que lidiar con toda esa situación.

-Tartaglia. Mírame -Dijo de manera imponente pero este solo negaba con la cabeza -¡Te digo que me mires ahora! ¡No vengas a acerte el cobarde en estos momentos! -esta vez alzó más la voz-

Temblando por los nervios se dió la vuelta, cruzando miradas con el arconte.

-Por favor no me veas así...no sientas lástima por mí...no me mires como todos estos idiotas.

Una mano se posó sobre su cabeza y sus dedos jugaban con los mechones de su cabello. Era la mano de su mano de su amado.
Los ojos del pelinanjo se llenaron de lágrimas ante esa acción y como si se tratara de una reacción en cadena, el dueño de esas caricias también estaba llorando.

-¡No me das lástima! ¡Estaba preocupado por tí! ¡Apestabas a sangre y vómito y de repente te desmayaste de la nada! ¡No reaccionabas y tú corazón apenas latía! ¡Tenía miedo de no llegar a tiempo para salvarte! -Exclamaba Zhongli dejando atrás su zona de confort para mostrar a su yo desesperado y miedoso-

Tartaglia sólo estaba ahí sentado viendo cómo el otro lo regañaba mientras sus ojos no paraban de lagrimear.
Agachó la mirada por la vergüenza que estaba sintiendo, apretando las sábanas con fuerza para aliviar su estrés.

-Perdóname -Fue lo único que pudo decir sin atreverse a mirarlo a los ojos-Creí tener el control de esta situación, pero no fue así. Quería mantener aún esa fachada de que era alguien fuerte y valiente, pero... después de todo las mentiras tarde o temprano salen a la luz, ¿No es así? -alcé mi mirada hacia él-

El amante temporal del Arconte Geo [Zhongli x Tartaglia]Where stories live. Discover now