#1

1.5K 131 98
                                    

Apenas cerró la puerta del baño corrió hacía el lavabo y cuando estuvo frente a este, pudo vomitar la sangre que tenía acumulada en su boca.
Era tanta sangre, que sentía que en cualquier momento se iba a desmayar, pero con sus brazos temblorosos logró sostenerse del lavabo.

Vió su imagen en el espejo y ya no se reconocía.
Tenía su boca sucia por el vómito, su piel estaba muy pálida y en consecuencia sus ojeras se notaban mucho más.

No podía evitar el preguntarse:

"¿Dónde estaba su verdadero yo? ¿Quién era ese tipo frente al espejo? ¿Por qué le causaba tanto asco mirarse en el espejo?"

No era él, no era Tartaglia.
Lo único que veía ante sus ojos, era un tipo débil y frágil.
Se había convertido en lo que más temía.

Podía sentir como sus órganos se retorcían por dentro y fue inevitable que se quejará por el dolor.

Ya tenía bastante claro lo que le estaba pasando.
Su cuerpo se estaba pudriendo, y ya no tenía arreglo.

Él mismo había sido testigo de como otros que poseían un engaño comenzaban a morir lentamente mientras más tiempo lo usaban, y ahora era uno de ellos.
Trató de mantenerse fuerte, pero se sentía miserable y no pudo evitar el ponerse a llorar frente al espejo.

Todo el esfuerzo que puso sobre sus propios hombros para ser cada vez más fuerte no sirvió de nada. Se sobreesforzó demasiado y ahora tenía que pagar las consecuencias que él mismo aceptó hace un tiempo atrás concientemente sobre el llevar un engaño.
Durante toda su vida nunca le temió a la muerte porque sabía que él era más veloz que está misma, pero ahora se sentía derrotado al ver que lo había logrado alcanzar.

-No me queda mucho tiempo -murmuró para si mismo mientras se limpiaba la boca con un pañuelo- Todos esos idiotas que tenían esos síntomas, morían a las pocas semanas.

Después de limpiar su boca, hizo lo mismo con el lavabo.
Tuvo suerte de que no había nadie adentro del baño, porque sino sería capaz de matar a quién sea que esté con él ahora mismo con tal de que no vieran lo demacrado que estaba ahora.
Ante los ojos de los demás quería seguir siendo el Tartaglia alegre, confiado, fuerte y valiente.

¿Pero lograría engañarlo a él? ¿Sería capaz de ocultar su debilidad ante el arconte Geo? ¿El hombre al que amaba en secreto?

No solo le bastaba sufrir con el hecho de que iba a morir en cualquier momento, sino que también con que no podría ser capaz de vivir el romance que tanto anhelaba.

Se limpió las lágrimas y seguido de eso se lavó la cara con tal de verse un poco más lindo para su amado quién lo estaba esperando en la terraza del restaurante.

-Solo debo fingir que todo está bien. Es lo mejor para los dos.

Quitó el seguro de la puerta y salió del baño.
Subió las escaleras con cuidado ya que por dentro su organismo lo estaba apuñalando y cada esfuerzo físico empeoraba más su situación.
Finalmente llegó a la mesa y se sentó frente al arconte actuando lo más animado que podía con tal de pretender que su cita estaba yendo de maravilla.

-¿Te sientes bien Tartaglia? -Preguntó Zhongli al notar nuevamente su presencia- Es que te tardaste mucho en el baño.

-¡Ahm! ¡Sí, me siento de maravilla! -respondió con cierto nerviosismo mientras mantenía esa sonrisa falsa y jugaba con su dedos- Es que algo no me cayó bien de la cena y bueno, no creo que quieras saber que fue lo que pasó en ese cuarto de atrás -señalo con su pulgar hacía el baño sin dejar de ver los ojos del arconte, el cuál hizo una mueca de desagrado cuando mencionó lo del baño-

El amante temporal del Arconte Geo [Zhongli x Tartaglia]Where stories live. Discover now