Capítulo 2

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—¡Salgan ahora mismo de aquí!

Los gritos se escuchaban hasta los pasillos de ese lugar. Las mujeres semi desnudas salieron corriendo con miedo.

—JiMin, explícame que te ocurre. Desde hace días estás así. Cada vez que te traigo a un acompañante no dura más de treinta minutos contigo sin que lo hechas a patadas.

—No quiero ver a más nadie en mi recamara TaeHyung— dijo con cólera en su mirada, sus fosas nasales se inchan de lo rápido que respira. Sus venas en el cuello estaban marcadas, y su mirada solo decía peligro. 

—¿Pero que ocurre? ¿Por qué de repente no quieres a nadie? ¿Ya no funciona eso? — dijo cruzando sus brazos.

—No, no es nada de eso. Solamente no tengo ganas. — se puso su bata dejándola abierta mostrando su pecho.

—¿Desde hace dos semanas?

—Olvídalo, me voy a cambiar para reunirnos con los negociadores. Quiero que absolutamente todos estén listos en cuanto termine.

Suspirando su amigo asintió.

—Sí señor.

JiMin entro al baño despojándose de las prendas que tenía para luego meterse en la ducha. De su cabeza aún no salía la imágen de ese niño. Ese pequeño vampiro. Tan blanco, tan delgado, ojos pequeños y sus labios. Mierda, JiMin lo sabía, él lo sabía desde hace tiempo pero aún no lo acepta. Su lobo se había emprejado con ese pequeño ser.

Muy mal, demasiado mal.

No podía tener una pareja, su mundo era muy peligroso y él un maldito posesivo. A estado resistiendo todo este tiempo, pero no cree aguantar mucho. Tenía que alejarse de ese niño, si lo llega a tener cerca una vez más no está seguro de lo que sea capaz.

                                …

Llevaba un tiempo trabando en ese lugar y le iba mejor de lo pensado. Se ha adaptado al ambiente. El club era privado por lo que las personas que lo frecuentan son de mucho dinero. A tenido que aguantar algunos toqueteos pero de ahí en fuera más nada.

Esa noche el lugar estaba más lleno por ser fin de semana. Su vestimenta era de una camisa roja llena de brillos, resaltaba un poco pero no se podía quejar, otras veces era peor. Caminaba de un lado al otro, de mesa en mesa y siempre con la bandeja llena. Algunas veces terminaba con un dolor insoportable en sus brazos y ya tenía muchos callos en las manos de tanto sostener la bandeja pesada.

La música era alta y muchos estaban bailando mientras que otros estaban bebiendo con alguien al lado.

—YoonGi ven acá.

El señor Song era el gerente de ese lugar, lo controlaba todo, cada cosa tenía que salir perfecta. Era un maniático del orden.

—Sona VIP es urgente, salon 3B, lleva todas esas bebidas y ya sabes como comportarte.

Suspirando cansado agarró todo para ir hacia las escaleras.

La zona VIP era donde los peces gordos estaban, muy pocas veces subía ahí. Las luces no afectaban tanto la vista pero si era más opaca, los asientos eran acorchados y en forma de casi un círculo. Algunas eran solo mesas más sencillas. Otros, cómo en este caso eran salones reservados.

Llegó a la puerta del lugar, toco dos veces esperando que le abran la puerta. Un señor demasiado alto e intimidante apareció permitiéndole entrar. Habían al rededor de diez personas ahí contando a las mujeres casi desnudas. Se acercó a la mesa más próxima para empezar a servir la bebida.

—A la mía solo ponle un cubo de hielo— alzó la voz uno del lugar, tenía un bigote algo gracioso.

—Enseguida señor.

Sirviendo lo más rápido y ágil posible se desplazó por el lugar entregando caga trago.

—¿Desean algo más caballeros?— preguntó con su cabeza inclinada, estaba prohibido hacer contacto visual con algún cliente.

—No, retirate.

Con una reverencia llegó a la puerta, justo antes de abrirla está se abre de imprevisto. Un pecho descubierto con collares caros y un simple abrigo cubierndo sus hombros y brazos es lo que vió. Sin atreverse a levantar la mirada supo reconocer enseguida de quién se trataba. Con miedo en el cuerpo se disculpó para salir lo antes posible. 

Pero su huida no fue posible.

—No tan rápido gatito.

Una mano lo estaba sujentado desde su antebrazo, luego tenía el cuerpo del hombre detrás suyo.

—No corras tan rápido que te puedes lastimar.

El cuerpo de YoonGi vibró por el susurro dicho en su oído. Ese ser lo descompone por completo.

El aliento se pasó a su cuello erizando cada parte de su piel. No podía hablar, estaba petrificado en su lugar. De su boca escapó un ruido de sorpresa parecido a un gemido cuando una caliente lengua recorrió su vena parpitante. YoonGi no estaba preparado para las palabras que vinieron después.

—¿Quieres morderme gatito?

Ahora sí gimió sin vergüenza alguna, ese hombre sabía lo que provocaba en él, el maldito lo estaba aprovechando.

—¿Quién eres?— puedo articular con sus labios a pesar de su estado de trance.

—Llamame amo, porque a partir de ahora eso vas a ser, mío. Lo sabes bien. Estás impregnado conmigo.

Malditamenete que lo sabía, pero tenía miedo, no lo conocía. En dónde lo vió la primera vez no es de mucha ayuda tampoco. Muchas dudas en su cabeza y el olor del sujeto no es bueno para razonar.

—¿Cómo estás tan seguro de eso?

Unos dedos traviesos acariciaron su cadera haciendo un recorrido por su vientre para luego subir a su pecho. Pasó sus yemas de los dedos por sus clavículas hasta situarse en su cuello.

—Porque me voy asegurar de eso— su voz era baja y un poco más ronca que antes.

—N-no, estoy t-trabajando.

—El puto lugar es mío. 

Lo agarró de la mano tirando de él hacia los elevadores privados. Esos conducían a los cuartos. Dios mío, el cuerpo de YoonGi estaba temblando pero no sabe si de miedo o de emoción, puede ser de ambas.

Debería negarse pero, ¿por qué lo haría? Nunca tuvo una pareja, nadie que lo deseara cómo este hombre muestra, una noche de sexo loca, algo emocionante. Él quería vivirlo y ese sujeto lo volvía loco. Entrando al pequeño lugar metálico, la temperatura parecía aumentar.

El contrario se lanzó sobre él reclamando sus labios. Tan demandante. Sus mejillas estaban muy rojas a ese punto. Sus pálidas manos se apoyaron del pecho desnudo mientras que en su cuero cabelludo una lo sujetaba. En pocos segundos el elevador ya había marcado su destino y YoonGi odio la lejanía de los labios.

Entraron a uno de los primeros cuartos que vieron para cerrarlo al instante. El cuerpo del hombre lobo se paró frente a él como si lo estuviera cazando, sus ojos amarillos intensos con la expresión sería pero de lujuria a la vez.

—No sabes las ganas que tenía de tenerte.

Se acercó a un mueble algo de doble puertas viendo lo que hay en su interior, sacó un collar de cuero con una cadena extensa, como el collar de una mascota. Se puso frente de YoonGi abrinedo el collar.

—Ven acá gatito.

YoonGi dejo que se lo colocará. Era grueso, no lastimaba por lo acorchado de adentro pero la cadena hacia que fuera algo pesado.

Sintió el tirón de la cadena que lo obligó a recargarse al contrario, sus miradas se conectaron en ese instante.

—Vamos a empezar.

Chance / Jimsu +18Where stories live. Discover now