—Sí, sí, lo que digas, "consuegro".

—¿Qué?

—Nada.

—Más te vale que...

—Es el cumpleaños de la princesa Sarada y ustedes tan temprano ya peleando.

—Tío —dijo el azabache.

—Ay, hijo. Pueden pasar los años, pero tu celos de padre no se quitan.

—Buen día, madre.

—Boruto es un buen niño, seguro que cuidará muy bien de ella.

—No, por favor, tú no, madre.

—Mikoto-san. Kakashi sensei. Buen día.

—Naruto, ya te he dicho que no es necesario decirme sensei.

—Lo, siento, yo...

—Ay, Kakashi, si el Hokage te quiere decir así, déjalo.

—Sí, amor —dijo el peligris apenado cuando su esposa apareció tras de él.

—¿Y cómo vas de tu embarazo, Shizune-san? —preguntó Mikoto.

—Muy bien, ya con solo seis meses pero siento que el tiempo vuela. Y por cierto, ¿dónde están Sakura y Hinata?

—Hinata está con Himawari, vendrá más al rato —respondió Naruto.

—Y mi esposa está...

—Hola a todos —intrrumpió Sakura —. Miren quiénes llegaron —dijo la pelirrosa señalando a su primo Sai, a Ino y al sobrino Inojin.

—Perfecto, mi mañana se acaba de arruinar.

—Te escuche, querido "primo" —dijo Sai con una falsa sonrisa a Sasuke.

—A nosotros también nos da gusto verte, Sasuke —dijo Ino.

—Yamanaka.

—Tía Sakura, ¿cuándo saldrá el bebé de tu barriga? —preguntó Inojin muy curioso.

—Pues, tengo cinco meses, faltan cuatro para que nazca, cielo.

—Aaaaaah, entiendo.

—Oye, mami, ¿cómo se puso ese bebé en tu barriga? —preguntó inocentemente Sarada.

—Aaaaaah.... eeeeeh... bueno, pues...

—Se hizo un jutsu especial, Sarada-chan —interrumpió Naruto.

—¿Un jutsu especial?

—Sí. Es uno que solo comparten personas que se quieren mucho. Se miran a los ojos, se dan un beso en la mejilla y con un movimiento de manos, ¡boom! El bebé aparece en la pancita. Pero solo funciona con personas que se quieren mucho.

Sasuke y los demás se encontraban aliviados por la respuesta que sacó en el momento Naruto, pero nadie se imaginaba lo que sucedería después.

—Entonces así se hacen los bebés —dijo Inojin.

—Genial, entonces... Boruto, ¿quieres tener un bebé conmigo? —dijo inocentemente la pelinegra haciendo que los adultos casi se atragantaran y desmayaran al escuchar eso.

—¿Quéééé? —gritó fúrico Sasuke.

—Sí, Sarada, hay que hacer un bebé.

—¡Yo lo mato! —exclamó con ira el pelinegro que empezó a corretear a Boruto quien a su vez gritaba de miedo y Naruto perseguía a Sasuke para impedir que cometiera asesinato a un menor de edad.

Naruto: el último Jinchūriki (Libro 3)Where stories live. Discover now