Mejor solos

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Samantha corrió hacia a mí en cuanto me vió llegar junto a Aris, ya nos esperaba desde que le dije que íbamos con ella en el último mensaje que le envié. Estaba muy emocionada por conocer a la persona con la cuál estaba saliendo ahora, antes de él, no había conocido a nadie con quien yo hubiera salido. Para ella era como una doble celebración, porque era la primera vez que me veía dentro de una "relación" y porque la otra persona en la relación era un chico.

—No te vía hace mucho— mencionó cerca de mi oído mientras me abrazaba. Ella siempre fue así de cariñosa, abrazaba a casi todos y era algo irónico ya que siempre decía que no le gustaba el contacto humano.

—Lo sé, la universidad

Esperé a que me soltará de su agarre para poder presentarle a la otra persona que estaba ahí con nosotros. Aris solo se había quedado a un costado mirándonos.

—Ah sí— hice que Aris se acercara un poco más hacia nosotros— Él es Aris… y ella es Samantha.

Apenas se saludaron comenzaron a hablar como si fueran los mejores amigos de toda la vida, una parte de mí se sintió bien con ello, porque me alegraba que se pudiera llevar bien con mis amigos y que los pudiera conocer, que de hecho creo que era la primera persona que lo conocía a él físicamente, pero otra parte de mí, una no muy buena, me traía este sentimiento de rechazo, como si ambos se hubieran puesto de acuerdo para dejarme de lado de la conversación… como si no estuviera ahí. Y por un par de minutos caminamos por las calles de la ciudad así, ellos hablando y conociéndose mientras caminaban juntos y yo detrás de ellos escuchando todo lo que decían pero sin hacer ninguna intervención en la conversación.

—¿Y por qué no se agarran de la mano?— cuestionó Samantha, dirigiendo la mirada hacia mí por primera vez desde que los presente a ambos. La pregunta iba para mí. —¿A caso tienen miedo?— seguía mirándome a mí, como si supiera que yo no quería agarrar la mano del chico con el que había empezado a salir.

—Claro que no— Aris respondió a su pregunta, freno el paso en el que iba y llegó a la altura en qué yo caminaba y tomó mi mano, entrelazó nuestros dedos y me sujetó con fuerza.

Fue un gesto… lindo que hiciera eso, pero me sorprendió, me había dejado bien en claro que no querían que nos vieran de esa manera, porque no estaba listo para hacerlo o alguna cosa así.

—¡Ay! Se ven lindos juntos— no pude decir nada, solo sonríe como respuesta a lo que decía Samantha de nosotros dos— dense un beso, por favor— empezó a suplicar.

—¿Qué?— miré a Aris y él también me miró— solo si quieres— le dije en voz suave.

Se acercó a mí rápidamente y me dió un beso que duró aproximadamente unos 5 segundos, luego de hacerlo miró a los costados para asegurarse que no nos hubieran visto, soltó mi mano y volvió a la altura de mi amiga.

Volvieron a la conversación que tenían, dónde yo no estaba incluído en ella, trataba de hacer algún comentario de los temas de los que hablaban pero hacían caso omiso a lo que decía. Un vez más era como si yo no me encontrará ahí con ellos. Estuvo así mientras caminábamos un par de cuadras para llegar al lugar al que Samantha tenía que ir y que nosotros iríamos de colados.

—Creo que mejor me voy— dije para ver si alguno de los dos me escuchaba y al menos me hicieran caso en algo, pero no fue así. Dejé de caminar luego de decir aquellas palabras y ninguno se percató que ya no estaba con ellos, no sé dieron media vuelta para revisarlo ni nada. Me quedé mirando como se alejaban poco a poco sin que se dieran cuenta y algo en mi interior pedía a gritos que me fuera de ahí, de pronto ya no quería estar ahí, solo quería estar solo.

Les dí la espalda y caminé por el mismo camino por el que habíamos recorrido minutos antes para llegar hasta ahí. Miré el cielo y seguí caminando alejándome de ellos, esperando que alguno se diera cuenta de mi ausencia. Caminé alrededor de una media cuadra cuando sentí que alguien chocaba contra mí desde atrás y me sujetaba de los hombros.

—¡¡Hey!!— Era Aris (chico), reconocí su voz— ¿Qué haces?— se puso en frente mío, como tratando de bloquear mi paso y me miró de manera confusa.

Lo miré a él y estaba a punto de hablar, pero también miré a Samantha, quién se acercaba con lentitud hacia nosotros.
—Les dije que me esperaran, quería ver una cosa de una tienda— mentí— pero ya no importa.

Giré de nuevo y empecé a caminar en dirección de lo que hacíamos originalmente y ambos empezaron a seguirme. Está vez los dos se quedaron a la misma altura que yo, cada uno a un costado, ahora caminábamos todos juntos.

—¿Es aquí?— preguntó Aris. No tenía la menor idea a lo que se refería.
—Sí, ¿Volverán, cierto?— preguntó Samantha luego de responderle.

¿Volver? ¿Acaso nos iríamos?

—Claro, mi tía ya vino por nosotros y regresaremos dentro un rato.

Yo no sabía que su tía tenía que ir por nosotros, y tampoco tenía idea de que teníamos que volver ahí.

Aris se despidió de Samantha y básicamente me llevo a arrastras hasta donde su tía había estacionado su auto e hizo que yo me sentará en el asiento del copiloto porque uno de sus perros estaba en la parte de atrás del auto y no querían que me hiciera nada o algo así.

Estuvimos gran parte del viaje a la casa de Aris en silencio, algo que resultó un poco incómodo para mí, tomando en cuenta que no conocía a su tía y que tampoco recordaba si me había dicho su nombre en algún momento.

En uno de esos ratos sentí que Aris me tocaba el hombro desde el asiento de atrás, lo miré de reojo y me hizo algunas señas que llegue a entender a la perfección. Quería decirle a su tía de nosotros, justo ahí y ahora.

—Tía, quiero decirte algo— comenzó diciendo Aris. Tomó mi mano y la sujetó con fuerza— Rick y yo estamos saliendo, es mi novio.

Un silencio más profundo del que ya nos encontrábamos rato antes se formó en la atmósfera del auto, por varios segundos nadie dijo nada, quizá esa hubiera sido la oportunidad perfecta para que yo pudiera decir algo, pero no lo hice, me quedé callado.

—¡Ay, Aris!— no fue la reacción que ninguno de los dos estaba esperando.
Al parecer no le había gustado nada la idea de todo esto, y me encontraba justo al lado suyo dentro del automóvil. Aún sigo creyendo que debí decir algo.

UNA HISTORIA HEARTSTOPPERWhere stories live. Discover now