C13. Ojos que no ven, corazón que no siente.

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¿Cuántas personas han muerto a causa de excesivos latidos de su corazón? Seguramente la tasa de mortandad era elevada y ciertamente, no quería formar parte de ella. Menos cuando era Aarón quién estaba besándome.

Sus labios rosados moviéndose en total sincronía contra los míos es la jodida sensación más jodidamente abrumadora que he sentido en mi vida. Una de sus manos posada en mi cintura y la otra en mi mejilla derecha dejando pequeñas caricias que me hacen estremecer a sobre manera. No puedo controlar la manera en la que mi corazón late, la manera en la que todas las jodidas mariposas imaginarias de las que todo el mundo habla están revoloteando en la boca de mi estómago o de la sensación de caer que estoy experimentando ahora mismo.

Pero no estoy cayendo. Es imposible que caiga, si no es a sus pies. Literalmente.

Apoya su frente en la mía cuando por falta de aire nos vemos obligados a apartarnos. Mantengo mis ojos cerrados aun sin terminarme de creer lo que acaba de pasar, es decir, no es que hayamos hecho algo demasiado grande pero, señoras y señores; recibir un beso, no cualquier beso sino: el beso; se siente tan irreal.

—Esto definitivamente fue mucho mejor de lo que me imaginé...—la voz ronca de Aarón hace que mi piel se estremezca una vez más. Abro los ojos lentamente y cuando finalmente nuestras miradas se encuentran la una con la otra, pasa.

Mi corazón finalmente estalla como una bola de fuegos artificiales arrasando con todo a su paso. Una pequeña sonrisa aparece en sus labios y sin que pueda evitarlo sonrío también.

—¿Lo imaginaste?—pregunto.

—Eh, tal vez.—se ríe y un segundo después me uno a su risa.—No tengo una puta idea de lo que me hiciste, Hazel...pero te juro que es la primera vez que me siento así y me da pánico sentirlo...—inspira—sé que suena demasiado extraño pero...

—Es perfecto...—murmuro antes de perder la noción del tiempo pero aun así; puedo sentir los labios de Aarón Silvetti posándose sobre mi frente.

A la mañana siguiente apenas abro los ojos el frío ataca mi cuerpo. Me remuevo en la cama en busca del edredón para cubrir mi cuerpo pero cuando me doy cuenta que Aarón se ha ido, me incorporo de inmediato.

¿Y si en verdad fue un sueño? Me pregunto mientras me froto los ojos tratando de alejar el sueño de mí. Me pongo de pie con pasos lentos. No fue un sueño, Bel; me digo a mí misma, no pudo ser un jodido sueño...pero sí lo fue, ha sido el mejor sueño del jodido mundo.

Camino con pasos lentos por el pasillo del hotel. Se supone que debería reunida con el equipo para recibir instrucciones de Marion –que por alguna extraña razón no parece soportarme, lo cual es completamente mutuo-, en su lugar: estoy corriendo tratando que de los minutos en el reloj dejen de correr –lo cual también es imposible, para variar-.

—¡Buenos días, Hazel!—doy un salto en mi lugar cuando escucho su voz. Me giro sobre mis talones y una amplia sonrisa se abre paso en sus labios de manera inmediata.—Perdona que esta mañana no estaba en la cama cuando despertaste pero me urgía una ducha con agua caliente, realmente apestaba a alcohol...

—Está bien—respondo sincera.—No te preocupes por eso...

—¿Pasa algo malo...?—se atreve a preguntar. Inspiro con fuerza antes de dejar salir el aire de mis pulmones de manera lenta. Se supone que la noche anterior tendría que haber tenido el suficiente sentido común como para alejarme y evitarme los remordimientos del día siguiente; aún así...haber pasado una noche con Aarón Silvetti –sin nada sexual incluido- ha sido la mejor jodida noche de mi vida.

HAZEL #4 (Saga STARVING)|Aarón+BelennWhere stories live. Discover now