—¿Dónde está Denise? —preguntó, frunciendo el ceño.

—Esta ocupado —respondió—. Vete por favor —estaba tratando de sonar amable, pero era casi seguro que había fallado. Los mariachis se detuvieron al ver la situación.

—¡Denise! —gritó el extraño—. ¡Denise! ¡Sal de una vez! —insistió. Sus amigos comenzaron a gritar también—. ¡Denise, puedo verte a través de la ventana! —agregó.

Steve se giró, justo a tiempo para ver la cabellera del chico oculta a través de las cortinas semitransparentes. Sin querer se le escapó un resoplido, el pequeño desgraciado no había podido con la curiosidad y se delató a si mismo.

—¡Denise! —continuo gritando. El rostro del chico se le hizo conocido, pero no consiguió descubrir de donde. Sin embargo, lo que si notó es que ninguno de ellos tenía cubrebocas y parecían venir de una fiesta previa. Aquella serenata fue seguramente una idea espontánea que surgió por culpa del alcohol y la adrenalina.

Steve suspiró, notando que Denise no pretendía salir a encargarse del asunto por si mismo.

—Váyanse por favor o llamaré a la policía —sentenció, sacándose el celular de la bolsa. Los mariachis se miraron entre sí con cierta vacilación.

Steve no agregó nada más y se metió en la casa, encontrándose con Denise, sentado en el suelo de la cocina.

—¿Ya se fueron? —preguntó, conteniendo las ganas de asomarse nuevamente.

—No —respondió, viendo como el tipo de las rosas comenzaba a gritarle a los mariachis.

—Mierda —Denise suspiró y luego señaló la mesa—. ¿Puedes pasarme mi hamburguesa? Tengo hambre —espetó en un lloriqueo.

—¿Really? —Steve levantó una ceja, pero al ver que el chico seguía con la mano extendida, simplemente se rindió y le pasó el plato.

Denise tiró de la silla que estaba más cerca y la usó como mesa. Steve estaba a punto de sentarse a cenar cuando una piedra pasó zumbando a través de la ventana y se enredó en las cortinas, para luego caer en el lavabo. Ambos se sorprendieron por el estruendo y luego aquello se repitió. Denise soltó un grito, alejándose, para esconderse de inmediato detrás del hombre.

Afuera se escucharon los gritos de doña Marta y pudieron ver a todo el mundo salir corriendo a sus autos y marcharse. Denise soltó un suspiro, el jarrón que estaba en la mesa se había roto y su mamá lo iba a matar por eso, pero por suerte las ventanas estaban abiertas, así que no tendría que reponer el vidrio.

—Mierda —Denise se llevó la mano al rostro, soltando un suspiro de arrepentimiento.

—¿Policía? —preguntó Steve, levantando una ceja hacia el chico. Este negó con la cabeza—. Recoger —comentó entonces con aire resignado.

De inmediato se pusieron manos a la obra.





Ya habían terminado cuando Denise le contó todo.

—Es mi ex —dijo, abochornado—. No sé qué estaba haciendo ese idiota aquí, pero que vergüenza —exclamó en tono mortificado.

—¿Ex? Uff —Steve soltó un resoplido, ya entendía de donde conocía a ese tipo, de repente llegaron los flashes de cuando revisó el instagram de Denise. Se veía diferente en fotos, le daba la sensación de que era más alto. Sobre todo, no pudo evitar el pensamiento mezquino de que Denise era demasiado lindo para haber salido con un tipo como ese.

—Siii, ya sé, siempre ha sido de hacer shows —espetó, dejándose caer sobre el respaldo de la silla.

De inmediato Steve frunció el ceño, dándose cuenta de que estaba yendo por un camino peligroso. Una parte de si mismo en la que no le gustaba pensar era en su naturaleza posesiva, no le gustaba compartir absolutamente nada, cuando era niño siempre peleaba con Anthony por los juguetes y era quien terminaba llorando cuando le pedían que se los prestara a su hermano. Odiaba a todos los chicos que respiraban cerca de Stella, su hermana mayor, y se encargaba de hacerles la vida miserable. Tuvo que aceptar el matrimonio de Jennifer y Mary a la fuerza, pero de vez en cuando deseaba que se separaran para que pudieran ser sus amigas cada una por su lado. Sabía que era un pensamiento poco racional, pero le costaba luchar contra él.

En ese momento sintió que, si veía ese tipo cerca de Denise otra vez, no podría soportarlo. Por suerte parecía que el chico no tenía intenciones de volver con él, pero le molestaba muchísimo la idea de que eso pasara.

Apretó los puños.

—Me voy —dijo, poniéndose en pie y saliendo por el patio lateral para saltar la barda. Denise se levantó y corrió detrás de él.

—¡Mañana tienes que venir a visitarme! ¡Te enseñaré otra serie! —espetó, hablando lo suficientemente alto para que toda la cuadra pudiera escucharlos.

Steve se detuvo en seco, pensando en fingir que no había escuchado nada, pero luego lo vio, asomado por la puerta, sonriéndole sin darse cuenta de que estaba intentando evitarlo porque era como un perro cuando se encariñaba con alguien.

Suspiró.

—Bien —dijo finalmente, despidiéndose con la mano y entrando a la casa de su abuela. 

Ya está el nuevo capítulo, espero que lo hayan disfrutado

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Ya está el nuevo capítulo, espero que lo hayan disfrutado. <3

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