Relatos Eróticos

La cena: parte 2

Mi jefe se ganó lo que nadie se atrevía hacer conmigo, todos creían que era una mojigata, pero me tomó por sorpresa el que me invitará a cenar, los ojos azules del hombre me hacían sentir tímida, su figura tan varonil, su voz potente que le enchinaría la piel a cualquier mujer, el deseo que tengo hacia él es solo sexual, pero me vuelvo loca estando cerca de semejante espécimen, acepté su invitación, fuimos a un lujoso restaurante que, yo en lo personal, no me lo puedo permitir, tome unas cuantas copas de vino, eso me dio un poco más de confianza para hablar durante la cena, al llegar a mi departamento lo invité tímidamente a entrar, mi mente nunca se imaginó que aquella noche me cambiaría, me haría no tener miedo a lo que deseo.

Comenzamos en la barra de la cocina, me hizo llegar al éxtasis en unos minutos, su miembro tan gordo me rosaba una y otra vez la parte interna de mi cavidad, sus envestidas eran simplemente embriagadoras, como la primera vez que alguien que consume una droga, pero esto se sentía igual o mejor cada vez que lo volvía a probar, de las 14 plantas de mi edificio, mi departamento era el único con luz y música, aquella que hacía un ambiente de fondo perfecto, mi playlist favorita sonaba y sonaba mientras me cargaba de la barra al sofá más grande de mi sala, me giró forzando inclinarme hacia delante al tope y poder ver mi entrada trasera donde yacía un plug, él lo retira lentamente, toma el lubricante y comienza a dar suaves movimientos donde se encontraba este, al cabo de un rato de masajes siento la presión que se apodera completamente de mi trasero, pero después comienza a sentirse muy bien, el tamaño de su masculinidad junto con su grosor son la droga perfecta para las amantes del sexo, como yo, sus caderas son una con las mías, me apoderó de su decisión hasta el momento en el que comienza a dominarme desde la espalda, me toma por el cabello y doy un leve gemido, este fue acompañado por una ola caliente que recorrió todo mi cuerpo provocando un gemido muy grueso entre dientes por parte de él, mi cuello fue lo suficientemente flexible para poder ver la cara de placer por parte de mi jefe, me di cuenta que llegó a la cima del placer.

Me incorporo dando vuelta con él haciendo que quedara frente al sillón,su miembro seguía erecto y es ahí cuando le doy un empujón provocando que sesentara y después yo quedando frente a frente y con un ligero movimiento vuelvea penetrarme una y otra vez, mis nalgas rebotan en sus piernas, el sonido delchoque se escuchaba por toda la habitación mientras me hacía llegar una y otravez, toda la noche se convirtió en una escena xxx para los amantes de esta, medi cuenta que todo acabo cuando despertamos los dos en la alfombra de pelucheque está en la sala, tapados con una sola manta, nuestros cuerpos desnudos y satisfechos, solo, por esa noche.