Relatos Eróticos

Primera vez

Me sentí sola por unos días, el alejarme de él fue devastador, pero mis ganas de verlo y abrazarlo eran demasiadas, mis noches se convirtieron en infiernos interminables de pesadillas, pues aquellos monstruos, ¡mis! monstruos, me perseguían a donde fuera, las horas pasaban y me invadía más la soledad, recostada en mi cama con mis audífonos a todo volumen, recordaba la noche en la que me entregué a él, su voz dominaba cada parte de mi piel haciendo que mi cuerpo se estremeciera con cada melodía de ella, sus manos provocaban un escalofrío desde mi cabeza a mis pies, su respiración era la causante de mi piel erizada; Su brazo provocó acercarme a él de un solo movimiento quedando solo a milímetros de su boca y nuestras miradas dirigidas a ellas con la respiración agitada, hizo que el primer beso de esa tarde abriera la puerta de aquella, mi primer experiencia; su mano rozó mi cabello y su mirada se posó fija en mis ojos que me reclamaba el deseo del momento, él pensaba lo mismo que yo, convertirnos en uno solo, su beso comenzó en mi mejilla y su mano recorrió toda mi coleta hasta llegar a mi nuca, el beso se hizo más profundo y deje que mi cuerpo fluyera, mis manos pasaron por su ancha y fuerte espalda cubierta, todavía, por su camisa de vestir, mi pierna se elevó instintivamente sobre la suya llegando a su cintura, en ese momento sus mano paso de la nuca a posarse en mi pierna subiendo mi falda con pliegues, esto le hacía más fácil el acceso, lo tomé de la nuca y con la otra le recorrí el hombro llegando a su pecho, junté ambas manos para desabotonar su camisa mientras él jugaba con mis bragas por encima de mi monte de venus, podía sentir su erección y él podía sentir mi humedad, me deshice de su prenda y proseguí con la mía, pero él se adelantó, su cinturón y su pantalón terminaron en el suelo junto con mi falda, mi blusa y mi ropa interior; me abrazó por la cintura y me beso el cuello lentamente provocando que soltará un leve gemido, mis dedos se marcaron levemente en su espalda cuando me montó y de una sola estocada me penetro provocando que mi espalda se arqueara y mis caderas siguieran su ritmo, mi quejido y el suyo sonaron al unísono, nuestros cuerpos obtenían lo que tanto anhelaban; estar juntos, mis uñas dejaron marcas rojas en forma diagonal mientras me rosaba una y otra vez mi cavidad con su delicioso miembro, la luz de la tarde se estaba ocultando y nosotros seguíamos en nuestro trance astral, me llevó a la mesa cerca de nosotros, me recargó en ella y posó su mano en mi cuello sin presionar, fue delicado y sexi, sentí como mi cuerpo pedía más de aquello, lo tome con ambas manos y él me sostuvo de la cintura para llevar su propio ritmo, mi cuerpo se dejó llevar, mientras gozaba, su miembro gordo, ancho y rosado me volvió loca, cuando aceleró el ritmo sabía que estaba a punto de llegar a su éxtasis, enrolle mis piernas en su cintura y me acerqué a él para que llegará a lo  más profundo de mi cavidad, pero en ese momento sentí como mi líquido salió sin previo aviso, y no vino solo, lo pude notar en su mirada, sus ojos, su agitación, él también había eyaculado, pero se dio cuenta y siguió entrando una y otra vez sin acelerar ni bajar el ritmo, fue el mejor orgasmo que me pudo dar, el mejor primer orgasmo que nadie podrá igualar, terminé abrazada de su cuello y con un beso muy bien correspondido.
Al recordar toda la escena no me di cuenta que mi mano ya estaba debajo de mis pantis tocando mi botón hinchado, yo me provoque llegar a la cima con solo ver su imagen en mí mente, su roce y su olor me hacía quererlo de nuevo dentro de mí, nuestras almas conectaron por horas, eso yo lo sé y lo sentí, pero al igual sabía que él no podía corresponderme como yo quería, su corazón pertenecía a alguien más, y eso me hacía alejarme, mi dignidad y mi ego se vieron afectados, pero la realidad es, que yo no sería la persona que se interpondría en lo que a él lo hace feliz.