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Una cegadora blancura envolvió su visión. La unión de los dos fragmentos que poseía del Sción, generó una explosión que la arrojó contra el suelo destrozado que atravesó para verse caer desde los cielos sin control alguno de su cuerpo, de regreso al mismo sitio donde unificó los fragmentos. Profirió un grito de terror ante la inesperada e ilógica situación.

Mientras caía observó un escenario apocalíptico y rojizo, ardía. Advirtió la destrucción de la Atlántida seguida de una escena donde se mostraba al Triunvirato de Atlantis juzgando a uno de sus miembros por contaminar el poder del Scion y traicionar a los reyes, lisiando a Qualopec. Finalmente la visión le reveló el paradero exacto del último fragmento. Egipto.

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Motivada por el paradero funesto de su madre, se comprometió a la búsqueda del último faltante. Su travesía comenzó en la ciudad de Kachin, donde lo encontró en el santuario del Scion. Teniendo todos los fragmentos prosiguió a unificarlos y en suma de la continuación a la primera visión, le otorgó la continuidad de la historia de la Atlantida. 

La atlante, miembro juzgada del triunvirato,  justificaba sus actos "<<La Atlántida está en ruinas, ya nada puede revertirlo. La única manera de que empiece la séptima era es que todo arda>>", dijo.

Qualopec y Tihocán condenaron tales actos como locura y decepcionados ante su colega, le pusieron fin a su relación, sentenciando su traición con su expulsión de la Orden de la Atlántida y criogenizándola por la eternidad.

Cuando la tercer gobernante levantó la cara para advertir que ya no había vuelta atrás al andamiaje de su plan, Lara descubrió que ese Atlante era nada más y nada menos que Jaqueline Natla. Quien se apareció frente a ella en cuanto salió de la visión. 

Natla restiró sutilmente el Scion de sus manos.  Lara intentó tomar sus pistolas para recuperarlo pero elementos de Natla se las habían quitado mientras se encontraba sumergida en la visión. No pudo hacer más, un hombre Un hombre la había tomado de los brazos para inmovilizarla.

—Tu eras la reina de la Atlántida —afirmó Lara sustentando su argumento en aquella visión mientras forcejeaba.

—Lo fui. —Admitió Natla, admirando el Scion en sus manos por una vez más.

—Y el Scion continente su historia. —Añadió Lara.

—Contiene mucho más que eso, todo el conocimiento de los antiguos. Cosas que la humanidad jamás será capaz de comprender. —Habló con una potencia digna de su victoria que a su vez se mofaba por el desconocimiento de Croft.

—¿Cómo es la séptima era? —Cuestionó Lara.

—¿Hasta donde estas dispuesta a llegar para descubrirlo Lara? —Respondió Natla posándose frente a frente a ella. El semblante dudoso de Lara le otorgó la respuesta que decepcionó a la Atlante.— Me temo que no muy lejos. —Prosiguió a darle la espalda y ordenó.— Mátenla, hay mucho que hacer todavía.

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