08.

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— Sería un placer, de verdad... - Escuchó el omega la voz de Jongho detrás de aquella puerta que daba hacia el gran comedor que había en la casa. Parecía estar en medio de una llamada. — ¡Claro! Por supuesto que podemos reunirnos hoy.

Habían pasado unos días luego de aquel encuentro entre SeoJoon y Jungkook, Seo siempre estuvo atento y al pendiente de todo lo que Jungkook le contaba de su día, aunque fuera a través de largos textos en su teléfono y otras veces escuchándolo por medio de llamadas.

Y viceversa, el alfa le comentaba que habían días en los que se ocupaba mucho pero no era un impedimento para él, por lo que siempre se hacía un espacio para dedicarle al omega.

El pecho de Jungkook se sentía cálido después de hablar con Seojoon.

Aunque en el fondo ambos sabían que tenían una conversación pendiente.

— ¡Me parece estupendo! Estaré en la agencia dentro de poco, estaré anticipando su llegada, señor. — Había algo de emoción en su tono de voz.

"Parecen ser buenas noticias para él." Pensó el omega.

Jungkook retrocedió unos pasos cuando escuchó al alfa colgar el teléfono del otro lado de la habitación.

Jongho salió con una sonrisa de satisfacción que hizo al omega causarle desagrado en su interior.

— ¿Qué?

— ¿Qué de qué?

Jungkook rodó los ojos. — ¿Puedo preguntar a qué se debe tu comportamiento?

Jongho sonrió más. — Esperaba que lo preguntaras, ¡claro que te voy a contar, esposo mío!

Sintió náuseas al escucharlo.

— No me llames de esa forma, quiero empezar bien mi día.

— Ya, ya. Hoy no hay que pelear ¿sabes? Es un buen día, excelente querré decir. - Se dirigió a sentarse en aquel sillón de cuero negro en el living. Soltó un suspiro para luego volver a sonreír e invitarlo a sentarse frente suyo.

— Deja los cuentos, ¿qué fue lo que pasó? - Jungkook cruzó sus brazos frente a él.

— Bien, solamente que tengo una reunión importante... - Jungkook alzó la ceja y se dispuso a ir, que aburrido. — Antes de que te retires, tengo que decir que no es cualquier reunión. El hombre con el que podría cerrar un trato es demasiado importante, es del que te hablé aquella vez, donde fuimos a la fiesta.

— Ajá, ¿y entonces?

— Quiero que vengas conmigo.

— No estoy interesado en ello, paso.

Fue el turno del alfa en rodar los ojos. — Prometo comprarte lo que tú quieras.

— Puedo comprarme lo que yo quiera por mi mismo.

— Tsk, sólo acompáñame.

— Te acompañaré en otra ocasión, estoy ocupado con otras cosas.

— Bien, no diré más pero después irás conmigo. Eres el encargado del departamento de finanzas y me gustaría una opinión... - mordió su labio inferior pensando. - ¿Experta? Eres muy listo, me encantaría saber que piensas sobre el proyecto y si es rentable hacerlo.

Jungkook arqueó su ceja.
— ¿Desde cuándo te importa eso? Cualquier cosa que te haga ganar dinero, lo tomas.

— Oh, claro que sé que voy a ganar dinero pero quiero saber un aproximado. Quiero decir, ¡vamos! Estamos hablando de un empresario muy poderoso.

— Ya. Si quieres bésale los pies de una vez.

— Lo haría ahora mismo.

Jungkook miró de forma extraña a Jongho. — ¿... Bien? Voy arriba, deberías irte ya, no quieres llegar tarde.

— Acompáñame.

— No.

— ¿Por favor?

— ¿Tanto te importa que hasta por el favor lo pides? Vaya, eres realmente un imbecil codicioso.

— Claro, ¿qué te puedo decir? El dinero me hace feliz. — El omega rodó los ojos una vez más. — Vamos, ¿qué quieres que haga para convencerte?

— Muchas cosas en realidad. Quiero que no me molestes con esos estúpidos apodos que me haces en público, sí, entiendo que somos esposos ante ellos pero no lo hagas fastidioso.

— Bien, puedo hacerlo. ¿Nomás por eso?

— Todavía no termino. - El alfa lo miró atento. — Quiero que dejes en paz a mi hijo. Él tendrá una niñez plena y feliz, no quiero que te acerques a él con intenciones malintencionadas.

— Me pides mucho. - Dijo fastidiado.

— Entonces no me necesitas ahí.

— Tsk ya, lo haré.

— Bien.

— Bien.

— Dame unos minutos y estaré listo.

El alfa asintió y vió como se retiraba Jungkook de la sala de estar.

"Omega exigente". Pensó.

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Poco después ambos hombres ya estaban dentro de la sala de conferencias. Habían alrededor de 6 personas ahí, personas que también eran inversionistas y estaban curiosos sobre los nuevos proyectos de la empresa.

Jongho se mostraba un poco impaciente pero seguro.

Mientras que Jungkook denotaba aburrimiento en su rostro, además de que el olor a alfa viejo lo estaba sofocando un tanto. Lo toleraba.

La sala estaba en silencio. Algunos hombres se miraban el uno al otro esperando a que el "hombre importante" llegara a la reunión.

Faltaba poco.

Al centro de la sala de reuniones estaba una mesa larga negra donde cada inversionista ocupaba un lugar en ella, Jongho por supuesto ocupaba la superficie derecha y a su lado se encontraba Jungkook, quién daba la espalda a la entrada de la habitación.

Se escuchó el caminar de unas personas y se abrió la puerta de la sala.

"Por fin." Suspiró Jungkook sutilmente, de verdad estaba aburrido.

— Lamento el retraso, caballeros. Tuve un inconveniente de última hora. — Habló aquel alfa.

El omega sintió todo su cuerpo frío y sus cabellos erizarse.

"No puede ser." Cerró los ojos rezando que sólo sea una broma de mal gusto ocasionada por su mente.

Todos se levantaron de sus asientos para luego hacerle una reverencia al hombre que recién llegó.

Jungkook quedó estático. Permaneció en su sitio sin saber que hacer.

— Hola, bienvenido señor Kim. De verdad es un placer que esté aquí. Por favor, adelante. - Habló Jongho amablemente.

El otro alfa se acercó a la mesa y se sentó al otro extremo de la mesa. Le sonrió a todos los presentes y se fijó en aquella figura que se encontraba un tanto pálida.

Frunció un poco su entrecejo de manera sutil extrañado al reconocerlo. "¿Jungkookie?"

— Antes de comenzar quiero hacerles conocer a mi mano derecha en este proyecto, él estará ayudándome a tomar las mejores opciones que convenga para nuestro proyecto en mente. - Jungkook pasó saliva fuertemente. Sentía picar su piel tan de repente. — Muchos de ustedes aquí presentes ya lo conocen pero mi futuro colega y amigo, debe estar al tanto. - Señaló entre pequeñas risas a Seojoon, quien sonrió sin saber que pasaría después. — Uhm, señor Kim quiero presentarle a mi mano derecha y mi amado esposo, Jeon Jungkook.

El omega se sintió chiquito cuando Seojoon le miró intensamente esperando a que dijera algo.

"Esto no puede estar pasando." Pensó cada uno.

𝗘𝗶𝗴𝗵𝘁𝗲𝗲𝗻. ➡ 𝗝𝗲𝗼𝗻 𝗝𝘂𝗻𝗴𝗸𝗼𝗼𝗸. Where stories live. Discover now