EXTRA (2)

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Kellan POV'S



Sentado con las piernas cruzadas observo la pantalla de la tele, ligeramente aburrido al intentar ver las caricaturas que Agnes prometió era muy divertidas. Suelto un bufido, harto de las voces chillonas y los colores exageradamente vibrantes.

¿En serio esa niña pierde el tiempo viendo ésto?

Suspiro, acomodando el moño del mi traje, el mismo que mamá insiste tanto que debo llevar hoy a la cena. No entiendo porqué, detesto ir a esas galas de beneficencia, pero ella promete que es para ayudar a los demás niños del hogar. Dice que es importante y que aunque no cambiemos el mundo, marcaremos una diferencia en Westford.

Pura mierda.

Me río para mis adentros.

Esa es una palabra nueva que le oí decir a los más grandes. Me agrada, expresa muy bien cuando algo me disgusta. Ellos también la emplean para eso, creo. Mamá y papá no maldicen, y si supieran que yo lo hago tendría mi merecido castigo por ello, por eso es que siempre me recuerdo de no exclamar groserías a su al rededor, aunque si ellos no están...

Pura mierda.

Las fiestas, los trajes y la comida horrible que sirven en esos platos más horribles.

Soltando un suspiro me pongo de pie. Tomo el control remoto sobre la pequeña mesa de centro, apagando la televisión antes de que el tono demasiado agudo de las caricaturas me derritan los sesos.

—¿Estás listo, hijo?—Levanto la mirada al escuchar la voz de mamá, a su lado papá me sonríe con cariño. Asiento—Ven aquí, déjame echarle un vistazo al traje.

Me guardo para mi la mueca, eso lo puedo hacer yo sólo, al final me encojo de hombros. Mamá me pasa las palmas de las manos por el saco, alisando la tela, pero al llegar a los bolsillos su gesto se vuelve serio. Abro los ojos muy grande, dándome cuenta de mi error.

—¿Qué es ésto, Kellan?—Ella busca, sacando después el envoltorio vacío de un caramelo de menta que Agnes me regaló.

Las palabras se me enriedan en la lengua, y la garganta se me seca. Busco con la mirada a papá, esperando que él pueda ayudarme. Él me mira desde su altura, con la barbilla en alto y una expresión de pura decepción.

Estoy solo.

Abro la boca para responder pero rápidamente me doy cuenta de que no sirve de nada. Entrelazo los dedos detrás de la espalda, muy nervioso. Me remuevo sobre mis pies, con los ojos clavados en el suelo de madera. Mamá exhala un suspiro.

—¿Kellan?—Exije.

Aprieto los párpados con mucha fuerza, sintiendo como los latidos de mi corazón se aceleran.

Oh no...

Entonces los dedos de mamá me toman por las mejillas, su mano que usualmente es muy suave se marca a cada lado de mi rostro mientras las uñas pintadas de rojo se clavan con firmeza en mi piel. Retengo el chillido de dolor, a la misma vez que los ojos se me llenan de lágrimas. Me enfurezco conmigo mismo, no debo llorar, papá también se puede enfadar.

—Mírame—Demanda. Mamá me da miedo cuando me habla así, no me gusta—¡Kellan Amery, dije que me mires!

Me obligo a hacerlo, un sollozo resonando por toda la habitación. No me doy cuenta de que soy yo hasta que papá se pone al lado de mamá, enarcando una ceja con hastío.

—¿Estás llorando?—Pregunta él.

Niego muy rápido con la cabeza.

—N-no—Tartamudeo.

HEAVENWhere stories live. Discover now