[ 𝟿 ]

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(( Alcohólico anónimo ))

Gabriel invitó a sus queridos amigos a pasar tiempo en su casa después de la hora de la comida.
Su abuela se había ido a atender su negocio, y su hermano Jeremy estaba encerrado en su habitación con sus amigos, seguramente haciendo homosexualidades, así qué tendrían toda la planta baja para ellos solos y divertirse.

Susie, el otro wey también de nombre Jeremy, Fritz y Cassidy llegaron minutos después de que su abuela se fue, y llevaron juegos de mesa.

Se instalaron en el comedor, cada quién tomó asiento en una silla y se pusieron a jugar Monopoly.

—¡Ja!, Te toca pagarme doscientos dólares. —Le dijo triunfante Susie a Fritz, pues esté había caído en su propiedad.—

—...Pero Susie, sólo me quedan cien dólares. —Le dijo el pelirrojo mientras veía desanimado el único billete que le quedaba.—

—Ni modo, paga. —La rubia se encogió de hombros y empezó a contar el dinero que le quedaba.—

—Eso te pasa por comprar cada propiedad dónde caías. —Cassidy rodó los ojos y siguió acomodando los billetes por números; ella era el banco.—

—¡Ahg!, ¿Y qué se supone que me harán si no tengo con que pagar?, ¿Me llevarán a la cárcel o qué pedo?

—Eh... —Jeremy chikito se acomodó sus lentes y se quedó pensativo. —Uh, Gabriel, ¿Que dicen las reglas?

—Pues... —Tomó el manual de reglas del juego y lo abrió dándose cuenta de que eran cómo seis hojas llenas de texto. —No lo sé, aquí hay un montón de reglas y me da alta paja tener que leerlas.

—¡MALDITA PERRA ESTÚPIDAAAAAAAA! —Se escuchó a Jeremy gritar encabronado desde su habitación.—

Los niños se quedaron en silencio y se miraron entre sí sin saber que pedo.

—...¿Tu hermano está bien? —Le preguntó Cassidy al castaño.—

—No lo sé. Sus amigos llegaron desde hace rato y se encerró con ellos para jugar videojuegos en la Wii, y cuándo eso sucede suelen gritarse groserias, se agarran a madrazos o gritan cómo si los estuvieran torturando. —Explicó cómo si nada mientras acomodaba sus billetes para que no quedarán revueltos. —Ya me acostumbré.

—...Cómo sea, ¿Y si jugamos otro jue-? —La niña de risos rubios fue interrumpida por los desquiciados gritos de Carl.—

—¡MICHAEL DE MIERDA, TE DIJE QUE ESA NO ERA!.

—¡CÁLLATE, ES TU CULPA QUE NOS HAYAN BAJADO PUNTOS, PINCHE IMBÉCIL!

—¡TE ODIO, OJALÁ NUNCA VUELVAN A PONERME DE EQUIPO CONTIGO!

—¿Qué demonios-?, Se dicen cosas bien feas- —Dijo Fritz mirando hacía el techo; una parte suya se quería reír por el comportamiento de los adolescentes.—

—¡PINCHE BOWSER DE MIERDA, TE VOY A DESTROZAR TODO EL ORTOOOOOO! —Está vez gritó Sam, y segundos después se escuchó cómo se agarraba a patadas a un pequeño mueble de madera. —¡¿QUE VERGAS ESTÁS HACIENDO, JEREMY?!

—¡¿POR QUÉ TE PONES A DAR VUELTAS CÓMO PENDEJO?! —Le reclamó Michael.—

—¡DÉJENME, YO SÉ LO QUE HAGO!

—¡MAMAHUEVO, POR TU CULPA TODOS VAMOS A PERDER! —Le gritó Carl.—

—¡QUE SE CALLEN PINCHES MALPARIDAS! —Les dijo a los tres sonando desesperado. —¡NO FUERA UN PITO POR QUÉ AHÍ SI GUARDAN SILENCIO!

—...¿En serio se ponen así por un juego? —Le preguntó el niño rubio y de lentes a Gabriel.—

—Pues...

- ̗̀ •꒰ LA MASTURBANDA ꒱•  ̖́-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora