O algo así, al menos me siento bien, mi alfa está completo y...y Seokjin no parece haberse arrepentido de lo de anoche...

No sé cómo sentirme con esta tregua, pero al menos mi lobo no murió, por lo que yo, tampoco. Eso es bueno ¿no? Es bueno poder sentir alguna clase de motivación nuevamente.

El alfa sonrió inevitablemente, recodando cómo el omega se había despertado entre sus brazos, y le había sonreído con mejillas sonrojadas y el cabello revuelto. El alfa había afirmado los labios en su frente para medir la temperatura, terminando con un Seokjin avergonzado, por lo que se escondió en el espacio del cuello de Namjoon  y volvió a quedarse dormido para solo despertar del hambre un par de horas después y tener juntos un desayuno muy tardío.

Bajándose en la parada para llegar a su casa en Ilsan, había apenas tenido tiempo de ir a su departamento, hacer su maleta a irse al terminal de buses. Ni siquiera Hwasa pudo hacerle el interrogatorio pertinente cuando se la encontró en su lugar, esperándole; aunque su aroma de alfa presente y la sonrisita clamada, le dijeron a la alfa que las cosas no habían salido mal.

Debo llamar a Adora y a YeonSu, no he tenido noticias de cómo le fue con su confesión.

Al llegar a la entrada de la granja de verdura y flores, Namjoon dio una gran calada de aire, preparándose mentalmente, pues sabía que los comentarios incomodos y despectivos sobre su elección de carrera, no se harían esperar. Jamás lo hacían y dudaba que esta vez fuera diferente.

De hecho, haber decidido volver no era algo netamente de él, su terapeuta había recomendado tratar de reconectar con sus raíces y el lugar donde su alfa se crio.

Caminando con el bolso a cuestas, ingresó y miró todo a su alrededor, las infinitas hileras de sembrado, el invernadero de flores y los árboles frutales. Todo tal y como lo recordaba seis meses atrás, aunque él mismo no se sentía como el Kim Namjoon que dejó su hogar la última vez; ese llenó de anhelos demasiado utópicos, sin amigos y poca autoestima. En solo seis meses habían pasado tantas cosas, que le era un poco extraño y complejo el pensar y concebir qué tanto cambio había cruzado.

Comenzando con que ahora tengo amigos, casi perdí a mi lobo alfa y Seokjin me dijo que me amaba...supongo que no todo es tan malo...

La puerta de la casa se abrió y por ella se asomó su madre, su rostro con un muy marcado ceño fruncido y la boca en una mueca. Namjoon apretó la mano que tenía dentro del bolsillo, donde guardaba la cadena con la figura del osito, y suspiró profundamente.

Que empiece la función.

-¿Namjoon?

-Hola mamá...

*

*

*

El resfrío de Seokjin se había sanado casi del todo, al menos eso sintió esa mañana al ser Namjoon lo primero que vio y solo pudo sentir felicidad. Tan solo hubo un breve momento en que dudó de su salud cardiaca, cuando su corazón latía de una forma tan acelerada y arrítmica, que remecía todo su mundo, como lo era ver al joven alfa a primera hora de la mañana...o de la tarde, en realidad, pues no sabía exactamente la hora que era cuando despertó; pero ver a Namjoon con ojitos somnolientos y una suave sonrisa que hacía asomar sus hoyuelos, le hizo cosas a su corazón y a su alma, que estaba seguro que volver a despertar sólo, sería un constante desanimo, acostumbrarse a Namjoon era demasiado fácil.

Fue realmente duro ver al menor irse luego de comer. No es que se quisiera aferrar al brazo de Namjoon y rogarle porque se quedara con él un día más, pero tuvo que enterrarse los dedos en las palmas de las manos y plantar una sonrisa que desapareció apenas cerró la puerta tras el alfa.

🌹Awake🌹《NJ-Omegaverse》Where stories live. Discover now