Work

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Adelante del amor siempre iba a estar la amistad, al llegar a ser más duradera y fiel que el sentimiento romántico.

Namjoon parecía olvidar eso, en opinión de Yoongi, que bufaba a su lado mientras Kim escribía y escribía poesías entre corazones para su gran amor, y hacía una hora estaba posponiendo su salida por pensar una nueva canción para dedicarle a Seokjin.

—Ya, vamos, la terminas después.– tiró de su brazo derecho, mientras el moreno escribía con su izquierdo, pero le gruñó.– Si, grr, estoy hace sesenta minutos esperando ir por una cerveza y tú prometiste que iríamos juntos.– Namjoon volvió a gruñir más bajito.– Si, ya sé que no lo prometiste directamente, pero cuando me miras fijo asintiendo lo haces.

Kim lo miró alzando levemente una ceja. Min resopló.

—Sabes que los amigos siempre se ponen antes que las parejas. Ahora te estoy poniendo delante de Jimin porque quiero pasar tiempo contigo, has lo mismo hombre.

El moreno suspiró y asintió, dejando el lápiz en la mesa.

—Precisamente no es mi pareja, y esto es música que también tocarás, así que no te quejes.

—Si, pero es para un amor. Además, la música es tu pareja, tú mismo lo has dicho.

—Pero...

—Sin peros, quiero embriagarme, dejé la llamada del alcohol en espera hace horas.

Namjoon suspiró, asintió y se paró de su silla, dirigiéndose a la salida sin mirar a Min, que lo siguió sonriente.

🎸Like a Rockstar🎸

Seokjin corría por los pasillos de la empresa, viendo extrañado cómo todo se veía diferente. La capa de pintura de las paredes había sido renovada, había hombres al fondo cambiando muebles viejos por nuevos recién barnizados y una muchacha colocaba cuadros en una pared.

¿Qué demonios pasa? Se cuestionó internamente.

Llegó finalmente al despacho de su jefe, y observó asombrado cómo todo estaba vacío. La pequeña oficina no tenía absolutamente nada, sólo eran cuatro paredes con pintura fresca café abrazándolas.

Confundido salió, y caminó más despacio con muchas dudas en su mente. Iba tan sumido en sus pensamientos que no notó cómo chocó con un cuerpo ajeno, disculpándose repetidamente con la persona reverenciando, hasta que una carcajada conocida y oxidada lo sacó del trance. Alzó la vista, y cuando vió al hombre de baja estatura y redonda figura, abrió más grande su boca.

—¿Jefe Minhe?

—Qué gusto que estés para ver la remodelación Seokjin, buenas tardes.

—Ahora lo son.– sonrió, y abrazó al tipo oyendo cómo reía feliz y le correspondía el gesto.– ¿Cómo es que...?

—Oh, fueron dos jovencitos de alma preciosa. Dijeron que te conocían. Uno era alto y de piel muy blanca, me intimidó al principio pero luego no dejó de hablar alegremente. El otro fué lo contrario, literalmente no habló, pero asentía a todo lo que el de cabello gris decía. Tenía la mirada muy perdida como si buscara algo... Pero en fin, ellos me dieron un cheque.

—¿Un cheque? ¿Por cuánto?

—Ah, eso no se dice, querido Jin. Lo importante es que insistieron más que todos mis empleados cuando quieren subir de puesto o un aumento. Estuvieron dos horas pidiendo por favor que acepte el dinero, y no me quedó más que decir que sí. Después de todo lo necesitábamos demasiado, estaba a escasos centímetros de cerrar todo y deprimirme.– rió vagamente, y Seokjin apretó su hombro reconfortante. Él lo miró y sonrió más brillante.

like a rockstar © namjinWhere stories live. Discover now