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" -Pase lo que pase no salgan, si lo hacen me molestare mucho- mamá cerró la puerta del armario y salió del cuarto con prisa, era una de las pocas veces que estaba sobría.

-Shh- le dije a Rindou, ambos estábamos escondidos dentro del armario del cuarto de nuestros padres, mamá nos había dejado aquí, el miedo recorría mi cuerpo, papá había llegado a casa, borracho y drogado como siempre.

Esta era la tercera vez que mamá nos protegía, hacia eso solo cuándo estaba sobría, ella nos quiere, a su manera pero nos quiere, pero su amor es tan limitado.

-C-cariño por favor tranquilizate- pude escuchar la voz de mamá desde la sala.

-Ran, tengo miedo- pude escuchar la voz quebrada de Rindou, lo sé, yo también tengo miedo cuándo escucho la voz de papá, pero no puedo demostrarle eso a Rindou, soy el hermano mayor, debo ser fuerte y protegerlo, eso dijo mamá.

-Tranquilo, prometo no te pasará nada, mientras viva siempre te protegere-

Tome la mano de mi hermano para tranquilizarlo.

-Maldita perra, no me digas que hacer- los pasos de papá subiendo las escaleras se escucharon, él estaba arrastrando algo, los gritos de mamá no se hicieron esperar.

Cuando la puerta de la recámara de mis padres se abrió bruscamente supe que papá había entrando.

Me acerque más a las rejillas del armario y pude ver que esa "cosa" que papá arrastraba era mamá, la jalaba del cabello.

-¡Me duele, déjame por favor!- la cara de mamá estaba roja mientras lloraba sin parar -¡Prometo no volver a desobedecerte!-

-En serio eres una maldita arrastrada, ¿Dónde diablos están esos mocosos?- papá jalo fuertemente del cabello a mamá haciendo que ella lo mirará a la cara.

-N-no lo sé- dijo ella, podía ver el miedo que tenía reflejado en su rostro.

-¡MIENTES, MIENTES!- papá levanto la mano y abofeteó fuertemente la cara de mamá -DIME DÓNDE DIABLOS ESTÁN-

El remordimiento, y el enojo dominaban mi mente, todo esto tiene que soportar mamá para protegernos, y yo solo me quedo escondido sin hacer nada.

El apretón en mi mano hizo que volteará hacía Rindou, el estaba viendo todo lo que estaba pasando al igual que yo, sabía que tenía que hacer algo, pero no puedo exponer a mi hermano.

-Rindou, cierra los ojos y cuenta hasta treinta- dije mientras le sonreía tratando de tranquilizarlo.

Saldría a defender a mi madre, ese hombre podría hasta matarla a golpes, dejaré a Rindou entretenido contando, lo máximo hasta dónde sabía contar era hasta treinta, pero siempre se equivocaba y volvía a empezar desde cero.

No quería que vea lo que pasaría.

-No me dejes- dijo Rindou.

-No lo haré, nunca lo haría, solo saldré a calmar a papá- dije aún sonriendo.

El cerró sus ojos y empezó a contar.

𝐒𝐎𝐘 𝐁𝐄𝐓𝐀 | 𝐇𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢Where stories live. Discover now