Quiero mechas de sol.
Lo tengo decidido.
Ya no hay vuelta atrás.
Creo que son más naturales y además cada vez que me desenrede el pelo me acordaré de ti.
¿Por qué?
Porque te até a mi como se ata un barco, con el ancla y con un nudo echado a mi barca.
Para no perderte.
Al igual que mi pelo se ataba a tus grandes manos de balomano.
Pero desicistes el nudo que nos unía.
Y es que sin ti vida mía, sin ti pierdo el rumbo y me quedo vacía como una isla sin su Robinson.
Estoy todo el día rayando el sol porque esta pena me duele y me quema sin tu amor.
Aún no me has llamado y estoy desesperada.
No voy a llorar por esto, tranquilo.
Las experiencias me han dado la fuerza necesaria para enfrentar esta adversidad de la cual aún estoy intentando salir.
Es más fácil llegar al Sol que a tu corazón, ya lo tengo comprobado.
Pero me duele tanto estar así.
¡Qué dolor!
