15| Un sentimiento nada nuevo

Start from the beginning
                                    

—Escuché que ganaron el primer partido, me alegro.

Suena bastante honesta, pero todavía no puedo fiarme de alguien a quien apenas conozco.

—Muchas gracias.

Me remuevo en mi asiento sin saber qué más decir, me siento un poco incómodo bajo su mirada, mejor dicho, toda la situación me parece demasiado incómoda. Espero que no tenga que venir más aquí o que sea la clase de psicóloga que le importa una mierda si estoy mal porque solo quiere que esto acabe para ir por un café.

Ella vuelve a sonreírme.

—Bien, me presento, soy Joana Chanona, pero puedes decirme solo Joana. Sin el solo, claro —se ríe y fuerzo una sonrisa por amabilidad—. Jean Miller, ¿verdad? ¿Hay algún otro nombre con el que te gustaría que te llame? ¿Por tu apellido tal vez?

—Jean está bien.

—De acuerdo Jean. Dime, ¿es la primera vez que vienes con una psicóloga? ¿Ya habías hecho esto antes?

—Es la primera vez.

Y la última, espero.

Aprieto los labios y froto mis manos contra mis muslos porque siento que estas están sudando. Trato de mantenerle la mirada, pero termino mirando hacia la pared verde que está atrás de ella. No llevo ni diez minutos y ya me quiero largar de aquí.

—Sé que debe ser algo incómodo, ¿no? Ir con alguien extraño y hablarle sobre lo que sucede, puff quien es esa señora como para hablarle de mi vida —intenta bromear, supongo que ha leído toda mi expresión corporal. Me río por lo bajo porque sí estoy pensando en ello—. Precisamente estás en el lugar adecuado para hablar, todo lo que me digas se queda en estas cuatro paredes.

Explica con calma, como si quisiera que yo me sienta en confianza de hablar. No es tan sencillo, me es difícil poder expresarme incluso con personas de confianza, dudo poder hacerlo con alguien a quien no le tengo nada de confianza. Esto será mucho más complicado de lo que pensé.

—Pero nos relajemos antes, ¿te parece? —atisba una sonrisa. Le respondo un suave "está bien" y ella prosigue—. Soy psicóloga y psicoterapeuta egresada de la universidad de Mánchester, tengo cuarenta años y dos gatos que no les caigo tan bien como el vecino que les da otra marca de croquetas. —Hace una mueca exagerada que me hace reír otra vez—. Ahora háblame de ti. Tu edad, qué te gusta hacer, si trabajas aparte de estudiar.

Me tomo unos segundos antes de responderle porque con el "háblame de ti" me he quedado en blanco. No creo que haya algo interesante para contar sobre mí. No hay nada que pueda decirle además de que ya quiero largarme. De todas maneras no hace falta que sea totalmente honesto, solo voy a limitarme a responder lo que me pide y listo.

—Tengo diecisiete, cumplo dieciocho en poco más de una semana. Me gusta... —Hago una gran pausa. No sé qué me gusta. ¿Hay algo que en verdad me guste y que haga por el simple hecho de que me guste y no por obligación? Trago duro—. Me gusta el básquetbol.

Me da un asentimiento de cabeza y de nuevo no menciona nada sobre mi comportamiento.

—He oído sobre eso, es grandioso. A mí se me da fatal los deportes. —Suspira sin quitar ese aire de diversión, sonrío levemente—. ¿Desde cuándo te gusta el básquet? ¿Cuándo descubriste que te gustaba?

—Cuando era pequeño me gustaba mucho, mi papá jueg... bueno, jugaba también, y me contagió el gusto por el básquet.

—Guau, desde chiquito. ¿Y te sigue gustando?

Guardo silencio un momento y clavo la mirada en la pared otra vez antes de responderle.

—Sí.

—Vale, vale.

Una maldita confusiónWhere stories live. Discover now