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La casa de Robin tenía las luces prendidas y ya habían dos autos estacionados fuera, uno de ellos era una camioneta de pizza.

-¿Como es posible que aún no le pidan devuelta la camioneta?

-No lo sé, pero las políticas de esa compañía son extrañas, tal vez deberías tirar currículum ahí.

-Vaya, acabas de hacerme una broma ¿Ahora que? ¿Te golpeó en el hombro? ¿Te llamo "bro" y nos reímos como neandertales?

-O podrías simplemente sonreír, tampoco es tan difícil no estar a la defensiva, Munson.

Eddie sonrió un poco, pero no dejo que Steve lo viera, no quería dejarlo ganar.

Ambos bajaron del auto una vez que Steve estacionó. Eddie tocó la puerta y una muy sonriente Robin la abrió.

-¡Por fin, solo faltaban ustedes!

Les dejo entrar para ver un panorama extraño. Argyle estaba sentado en el suelo con la vista fija en una maceta. Jonathan y Nancy estaban sentados juntos en el sillón mientras se miraban las manos el uno al otro. Robin no se veía fuera de lo común, pero si parecía un poco más hiperactiva que de costumbre.

-¿Que sucede aquí?

Pero Eddie ya lo sabía, con el olor que se respiraba dentro de la sala podía intuir que era lo que estaban haciendo.

Steve, por otro lado, estaba muy descolocado al ver a sus amigos actuar de forma tan incoherente.

-Vamos, hay alcohol en la nevera y Argyle tiene un poco más de palmera mágica por si quieren.

-Robin, dijiste que esto sería una noche de películas.

-Y si veremos una película, pero después, ahora estamos divirtiéndonos.

Y sin más se acercó al chico en el suelo y comenzó a trenzar su cabello.

Steve suspiró, no era esto lo que tenía en mente al acceder a pasar una noche con sus amigos, esperaba que pudieran conversar un poco y disfrutar todos juntos un rato agradable, pero ahora, con este panorama, se daba cuenta que tendría que hacer de niñera una vez más.

-Esto... no es lo que esperaba, sinceramente.- Dijo Eddie mientras miraba a Nancy reírse por absolutamente nada.

-Puedes unirte a ellos, de todas formas no cambiará nada.

-Ya no fumo, Steve.

Habían pasado algunas cosas extrañas ese día, pero esa declaración fue la más rara de todas para Steve.

-¿No?

-No.

-Pero... yo creía que...

-¿Que? ¿Que creías?

Steve cerró la puerta tras ellos y se dirigió hacia el salón en donde se encontraban sus amigos. Eddie lo siguió.

-Nada, olvídalo.

Se pasaron las siguientes horas procurando que ninguna de las 4 personas intoxicadas ahí cometiera una estupidez. Mientras tanto, Eddie y Steve estuvieron conversando de algunas cosas.

Eddie le contó que su tío ahora trabajaba dos turnos para poder pagar un abogado que les ayudará con el tema del acoso que recibía por parte de la ciudad, así que casi no lo veía. Se iba muy temprano en la mañana y volvía casi de madrugada. Eddie estaba preocupado por él, de hecho le había ofrecido ponerse a trabajar para que compartieran los gastos, pero el tío declinó la oferta por miedo a que Eddie estuviera mucho tiempo en el pueblo.

Steve por su parte le contó que sus padres habían abandonado Hawkings justo después del supuesto terremoto, pero como el había preferido quedarse, ahora tenía una casa enorme pero vacía. Le contó que no tomaba desayuno jamás porque eso significaba darse cuenta de lo solo que se encontraba, y detestaba eso.

Inefables - SteddieWhere stories live. Discover now