08

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Nueve horas de sueño, ninguna pesadilla.

Inclusive pudo haber dormido más, pero el insistente timbre de la puerta lo sobresalto.

Al abrir los ojos lo primero que vio fue una cabellera larga y rizada justo debajo de su cabeza.

Eddie tenía el rostro oculto en el cuello de Steve, y rodeaba sus piernas con las suyas. El mayor no pudo evitar una sonrisa, mientras aspiraba el olor de su compañero.

Pero el timbre sonó otra vez.

Se separó despacio de Eddie para no despertarlo y en cuanto puso un pie fuera de su cama sintió el frío de la mañana abrazarlo. Echo de menos el calor del cuerpo de Eddie en seguida.

Tomo un buzo de su clóset y se lo puso mientras avanzaba a paso rápido hasta el pasillo. Bajo las escaleras casi corriendo y abrió la puerta para encontrarse con su mejor amiga con una bolsa grande en la mano y una bandeja con tres cafés en la otra.

-¡Buenos días!

-¿Robin? ¿Que haces aquí?

-Te dije que vendría antes del trabajo para traerles el desayuno. Siempre desayunamos juntos, no me habría gustado perder esa tradición solo porque estás de niñero otra vez.

Steve se hizo a un lado para que su amiga entrará, esta le puso la bolsa y los cafés encima y se dirigió a la escalera.

-Calienta las cosas mientras yo voy a despertar a Eddie.

-¡No!

Robin se frenó en seco cuando iba a subir el primer escalón, frunció el ceño hacia Steve.

-¿Porque no?

Steve sintió las mejillas rojas antes de poder contestar, eso hizo que Robin tuviera aún más curiosidad.

-Eddie... tiene mal despertar. Mejor voy yo.

Pero su amiga no era tonta y Steve debía dejar de tratarla como si lo fuera. A veces se le olvidaba que fue ella la principal responsable de que pudieran descifrar el código ruso.

-¿Que me ocultas?

-Nada, yo...

Pero no pudo hacer nada cuando Robin subió corriendo las escaleras con dirección a la habitación de invitados. Steve tuvo que dejar las cosas cuidadosamente en el suelo antes de seguirla mientras le gritaba que se detuviera.

Pero Robin llegó a la habitación de invitados y vio que la cama estaba vacía y sin usar.

-Steve.

El nombrado llegó un segundo después y se interpuso entre su cuarto y la chica.

-Robin, retrocede.

Pero ella ya estaba completamente decidida a entrar así que tomo a Steve del brazo y le dio un zape moderado en la garganta para que esté se moviera. Funcionó.

Steve se atragantó con su propia saliva y fue fácilmente esquivado por Robin cuando está entró a su cuarto.

No había forma de solapar lo que iba a deducir. La ropa de ambos estaba desperdigada por el suelo, Eddie estaba sentado con una camiseta de Steve, frotándose los ojos. Y para colmo, el envase del condón estaba a los pies de la cama.

Cuando Eddie se dio cuenta de que habían más personas en la habitación, miro a Steve interrogante.

-¿Le vas a hacer un tour?

-Se me escapó, intente detenerla.

-¿Ustedes dos...?

No fue necesario responder la pregunta porque el ambiente se ocupaba de ello. Robin se giró hacia Steve con una expresión de absoluta perplejidad mientras que Eddie se levantaba y usaba unos pantalones cortos que Steve tenía ahí.

Inefables - SteddieМесто, где живут истории. Откройте их для себя