Se mudó a Japón junto con su familia, es forzado a adaptarse a una nueva cultura, a un nuevo mundo. Allí conoce a un grupo de chicas fuera de lo habitual, pero se enemista con una de ellas en particular...
Algunas cosas que aclarar:
- Rayitas es ma...
Segundos después, entró la morena extranjera, pero extrañamente pasó de largo nuestra mesa. En su lugar, minuto después Sana llegó y se sentó a mí lado.
—Hola, Mina.
No parecía estar del todo animada, como antes. Si no todo lo contrario.
—¿Qué ocurre? —Me animé a preguntarle.
—Nada importante jejeje... —Intentó reír.
Sacó su cuadernos.
—¿Me puedes pasar la tarea? Se me olvidó hacerlo.
Definitivamente algo raro estaba pasando, Sana siempre ha sido aplicada, a diferencia de Tzuyu.
Me miró expresando ternura con sus gestos, especialmente con sus ojos brillosos: —Plis...
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Sin otra alternativa, le di mi libreta, solo tenía que implorar para que el viejo cascarrabias del docente no nos descubriera.
...
Volví a la estética para que me despuntaran el cabello y mantener mi corte, por recomendación de Jeongyeon.
—O sea, ¿Dices que ella y Tzuyu se distanciaron? —Preguntó Nayeon, sentada sobre el sillón de espera.
—A-algo así, solo que Tzuyu es quien ya no le habla y la evita.
—No, pos que raro —opinó Jeong, mientras terminaba de cortarme algunos mechones.
—Hoy la vi irse de la escuela con T/N en su auto, se saltó la clase de danza. No entiendo del porque su repentino comportamiento, ¿Será que ellos dos tienen algo más serio?
—Mina, relájate, ¿Quieres?... —Pidió la pelicorta conteniendo la risa, dejó pasar un segundo de silencio—. Aún no lo sabes, ¿Qué tal si solo le pidió que la llevase a algún lugar?
Con una brocha me limpió el rostro y parte de la capa para finalmente retirarmelo. Aún después de pasados semanas, me seguía sorprendiendo mi corte.
—¿T/N? Qué raro nombre. Acaso, ¿No es el mismo del coche blanco? —Preguntó Nayeon.
—Aja... —confirmé.
—La chica que protegió a su bestfriend del occidental, ahora resultó abandonarla para irse con él. Que ironía.
—De quién sí deberían defenderla es de su abusivo novio —se exaltó Jeongyeon—. Ése tipo no la respeta, sólo le interesa las apariencias, su dinero y su posición económica. Sana es ciega.
—No la juzgues mal, Jeong —habló con calma la mayor, sin perder su intención de regañar—. No olvides que sus padres podrían ser los verdaderos culpables... Justo como nuestro caso con los míos.
