Abandonados por sus padres luchan por sobrevivir. Naruto deberá cuidar de su pequeño hermano que es injustamente tratado, convertido en un Jinchuriki por su padre.
Ser el único para su hermano nunca fue fácil, pero tomó las riendas y estuvo presente...
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El estadio de Konoha estaba lleno por la última etapa de los exámenes Chunin, muchas personas importantes y la mayoría de Ninjas habían asistido a ese evento.
— Tsunade-sama, Jiraiya-sama. — Naruto llegó hasta al frente de los mencionados.
— Naruto. — Saludo el peli-blanco, mirado sonriente al Uzumaki que también le devolvió la sonrisa.
— Pensé que ya estarías adentro. — La rubia dijo mirando la entrada del estadio.
— Me retrase un poco, tuve una emergencia. — Levantó sus hombros restándole importancia y desviando su rostro de la mirada de la Senju. — Entonces, ¿Entramos? — Preguntó sonriente a ambos Sannin.
Los mayores a sintieron a la pregunta del menor. Jiraiya miró disimuladamente a su ahijado, le parecía raro que Naruto le volviera a sonreír, después hacer intentos de hablar y tener un momento entre padrino e ahijado, aunque por dentro estaba feliz de tener la esperanza de volver a tener ese lazo que tenía con él Uzumaki.
Los Sannin se despidieron del Uzumaki puesto que ellos estarían cerca de Hokage, por otro lado Naruto busco un lugar más apropiado para sentarse y ver las peleas.
Mientras buscaba se daba cuenta que todo ya estaba ocupado, rindiendose a encontrar un lugar se situó hasta atrás de todos.
— Hola. — Giro su rostro cuando escucho la voz de otra persona.
— Kakashi. — Dijo mientras asentia hacia el peli-plateado. Cosa que le sorprendió al mencionado, pues siempre le llamaba por su apellido o sólo le daba un asentimiento.
— ¿Como le fue a Menma en el entrenamiento? — Preguntó, pues tuvo que enfocarse en su alumno Uchiha, lo cual dejó por otro lado a los otros dos.
— ¿Entrenamiento?... — Levantó una ceja en confusión. —.... No lo se, se supone que tenias que entrenarlos tú, ¿O me equivoco? — Giro por completo su cuerpo, mirando serio al Jonin, su hermano le había dicho que el Hatake le enseñaría. — ¿No lo entrenaste? ¿Porque? — Murmuró desviando su mirada, no comprendía que estaba pasando.
— El consejo me pidió que entrenará a Sasuke, no pude entrenar a tu hermano. — Dijo, mirando como el rubio apretaba sus manos.
— ¿Y lo dejaste solo? Me lo hubieras dicho, yo me hubiera hecho cargo de su entrenamiento, prepararlo para este día. — Negó con la cabeza tratando de no enojarse, pues nada le serviría. — Entiendo, averiguare con quién entrenó. — Dijo sonriendole tranquilizadoramente al otro.
— Lo siento, no sabía de eso. Te lo hubiera dicho, pero pensé que eras tú el que lo estaba entrenando. — Dijo arrepentido por no darse cuenta.
