Prefacio

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—¿Diga?

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—¿Diga?

Noah responde enseguida, me alejo un poco del micrófono de mi teléfono móvil para suspirar a gusto, su voz es tan sexi, pero no quiero que él se entere de que suspiro por él de esta manera, no por teléfono.

—¿Ya has terminado tu parte?—cuestiono fingiendo molestia en mi tono de voz, como odio hacer esto.

—¡Ya te dije que te lo enviaré cuando termine!—brama del otro lado del auricular, trago saliva, incluso su voz tiene algo que me derrite cuando esta molesto— si me sigues molestando, estúpida nerda, no entregaré nada.

—Solo estaba asegurándome que estuvieras trabajando en vez de estar como un inútil neandertal—contradigo, a veces no puedo evitarlo, insultarlo es algo que me sale de alma, además de que no puedo permitir que me hable de esa forma, es un idiota, pero un idiota perfecto.

—¿Neandertal?—bufa, lo imagino frunciendo el ceño tratando de buscar en su pequeño cerebro alguna información de lo que significa esa palabra—sígueme llamando así y lo que obtendrás será una pequeña sorpresa en tu casillero mañana.

—Quiero ver que lo intentes, estúpido neandertal—lo reto, la sangre en mi cuerpo segrega adrenalina, por alguna razón mi corazón late desenfrenado cuando hablamos así, cuando él me insulta y yo le respondo, algo dentro de mí se altera, es como un orgasmo mental que él me provoca—si no entrego el proyecto mañana seguro perderás tu beca ¿No es así?

—¡Maldita loca!—manifiesta, pero aquel insulto no es más que un halago para mí, sé que estoy loca, lo supe cuando mi corazón comenzó a latir desenfrenado al verlo por los pasillos, era una locura, pero una que al final tuve que aceptar por mi bien mental en vez de estar peleando conmigo misma, por lo que sentía por ese... idiota.

—Si, quizás lo estoy, pero si quieres mantener tu calificación dentro del rango de lo decente, será mejor que no me molestes—le advierto satisfecha, complacida, encantada del poder que me ha otorgado el profesor de física al ponerlo en mi equipo de trabajo.

—Disfruta mientras puedas, porque una vez que terminemos este trabajo, haré cada segundo de tu vida imposible—declara con cierta alegría en su tono de voz, pero eso me excita un poco más, no sabe que cada segundo de atención que me da, por malas que sean sus intenciones, en realidad me hace feliz porque son minutos que podría estar desperdiciando con Stacy Carmichael.

—No sabes lo ansiosa que estoy por ver que lo hagas—admito con felicidad, pero en respuesta él solo ruge disgustado por no conseguir atemorizarme y cuelga la llamada. 

Suspiro sintiendo la misma emoción que cualquiera sentiría cuando el chico de tus sueños acaba de hablar contigo y han cruzado más de dos palabras, es irreal. Aún sigo sin poder creer que él tiene mi número de teléfono y no importa que me tenga agregada en sus contactos como: "Nerda" o "Loca"  como suelen decirme a mis espaldas, yo estoy más que extasiada.

Guardo mi telefono movil y muevo el Mouse para encender la pantalla de mi computadora, esta enciende mostrando una pestaña abierta en un perfil de instagram, muevo el mouse para ver la última fotografía y cuando esta se abre maximizando su tamaño, suspiro y coloco mi codo sobre el escritorio blanco que mi papá me compro el primer año de preparatoria, contemplo la imagen por unos segundos. 

Lo miro a él, con su uniforme del equipo de football de color azul marino, tiene una sonrisa de ensueño, blanca y deslumbrante, esta en medio del campo con la mano al aire y el balón con el que ganaron el partido en la mano. Con ayuda del mouse, acerco un poco más la imagen para lograr ver su mirada color miel, la que me tiene atrapada como un maldito ratón en una ratonera, como un mosquito atraído por una máquina mata mosquitos, sé que lo que me gusta me hace daño, pero no puedo evitarlo, soy tan solo una víctima de la química creada por mi cerebro, soy una máquina que se mueve, hace y habla con la intención de que él me mire sin importar el costo, sin importar que lo que me haga y que lo que yo le incito hacer no es más que un vínculo tóxico, pero...

¡Oh, como me gusta!

Con otro suspiro vuelvo a mi realidad, mi mente se despeja y presiono el botón "imp pnt" en mi computadora para sacar una captura de pantalla de aquella imagen, muevo mis dedos ágilmente para ponerla en Paint y cortarla para después imprimirla. La imagen sale pronto a color de la impresora, me levanto de mi silla rosada y la tomo para recortarla, me tomo mi tiempo mientras aprecio la imagen de vez en cuando, esa fotografía es la única manera de estar cerca de Noah sin que me insulte, la única forma de que me mire con una sonrisa en sus labios en vez de un ceño fruncido.

Tomo cinta adhesiva y vuelvo a levantarme de mi sitio para dirigirme a la puerta blanca de mi closet, la abro y me adentro en la oscuridad, enciendo la bombilla en el interior y abro un espacio en medio de mi ropa, ahí, en aquella pared se encuentra el altar a mi amor no correspondido, un collage de fotografías que he coleccionado a lo largo de un año, algunas tomadas de instagram, otras de twitter y facebook, pero otras cuantas tomadas por la cámara de mi teléfono móvil a escondidas.

Pego la fotografía junto a sus hermanas, doy un paso atrás y junto las manos para elevar una súplica al cielo para que me permita tener una oportunidad, solo una, o que aparte de mí esa obsesión enfermiza que me quema cada vez que veo a Noah, pero una vez más nadie responde esa súplica, solo hay silencio, que me incomoda y el cual desaparezco con una risa descarada al creer que fuerzas invisibles me ayudaran.

Coloco la ropa en su lugar y salgo del closet para volver a mi escritorio, donde espero ansiosamente el trabajo de Noah, es el único que falta y no me extraña que lo esté haciendo una noche antes del último día de entrega, así que mientras espero, con mi cuenta falsa indago en otros perfiles, los de sus amigos para conseguir más adiciones para mi colección, pero de pronto caigo en el perfil de Stacy, la novia de Noah, abro las historias y me encuentro con una noticia inesperada, casi caída del cielo o mejor dicho empujada.

Se cayó lastimándose la pierna en una pirueta mientras entrenaba con su equipo de animadoras, tendrá que estar atada a una cama y una silla de ruedas un mes hasta que pueda tomar un par de muletas para poder volver a la escuela el siguiente semestre, pero aunque la noticia es grata, solo me queda una semana antes de vacaciones.  ¿Qué podría pasar en una semana sin ella rondándolo? ¿Podría tener una oportunidad donde no termine insultándolo?

Loca x élWhere stories live. Discover now