Carta 2

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Los meses pasaban y la posibilidad de que regresarás se hacía cada vez más remota, desde una de mis clases podía observar desde la ventana como besabas a tu nueva novia, era bonita lo admito, tenía todo lo que probablemente a mí me faltaba, era hermosa, de un largo cabello rojo, de grandes ojos azules y de tez blanca como la nieve, yo nunca fui así de hermosa, siempre me pregunté qué hacia un chico como tú con una chica como yo, y creo que realmente todos también se lo preguntaban ¿Por qué creo eso? Porque cuando se comenzó a esparcir la noticia de nuestra ruptura por el campus, nadie preguntaba quien había roto con quien, todos asumían que habías sido tu quien había terminado la relación, y quien los puede culpar, todo el mundo sabía que no estábamos destinados a estar juntos menos yo.

Y quien me puede juzgar, sé que nunca he sido una persona divertida, carismática, pero aun así logré captar tu atención. Como olvidar la primera vez que nos vimos, a pesar de estar en la misma secundaria, jamás habíamos convivido, yo había oído hablar de ti, el chico guapo de 2 B, aquel por el cual los partidos de football comenzaron a tener una gran audiencia, era testigo de eso, aunque jamás fui fan de ir a ver juegos, ¿Para qué? No conocía a nadie ahí, no había nadie que llamará mi atención. Pero como tu solías decir, por casualidades de la vida, una de mis amigas comenzó a tener un crush con el capitán del equipo, Lucy, supongo que aun la recuerdas, ella era una de mis únicas amigas que tenía, nunca logré comprender el por qué nos hicimos amigas, no era una mala persona, simplemente no teníamos nada en común fuera de tener la misma edad. Por casualidades de la vida, ese día decidí acompañarla, ella iba más arreglada y maquillada de lo normal, supuse que era para que el la notará, ahora que lo pienso es algo gracioso que ambas pensáramos que con ir llamaríamos la atención del capitán; como era de esperarse eso no pasó, pero supongo que logré captar algo que no esperaba, el balón, directo a mi rostro. Tu saliste corriendo pidiendo disculpas todo paniqueado, fue gracioso ver como todas las chicas me envidiaban en ese momento, jamás creí que alguien envidiaría que la golpeará un balón, pero supongo que siempre hay una primera vez para todo. Cómo pudiste me cargaste, aunque te tambaleas debido al cansancio que tenías por el partido, en realidad yo no quería que lo hicieras, ni te lo pedí, pero insistías en que probablemente tendría una contusión. Se me hacía algo muy dulce, no sé si fue por culpa, pero desde ese día comenzaste a notarme y a ser lindo conmigo, preguntaste por mí por toda la escuela, para poder encontrar el salón en donde estudiaba y solías dejarme pequeñas bebidas y papas, desconozco el por qué lo hacías, pero me hacías sentir especial y jamás nadie me había hecho sentir así, y dudaba mucho que alguien pudiera superarte.

Sé que posiblemente, debido a mis palabras pienses que te guardo algún rencor o que probablemente no eres mi persona favorita, pero si piensas así, te equivocas, a pesar que me rompiste el corazón, mientras estuvimos en nuestro noviazgo fuiste la persona que más quise en toda mi vida, lo sé, suena egoísta ahora que lo pienso en voz alta, pensar que me importabas más que mis padres, pero culparé a la mala relación que tenía con ellos para justificar el desprecio de mi cariño hacia ellos, además siempre me trataste como merecía ser tratada, supongo que estaba tan acostumbrada a que la gente me tratará de una manera tan distante que desde que llegaste supe que serías insuperable en mi vida y como si pareciera predicción, no me equivoque.

Cartas a mi exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora