Capítulo 1

533 41 1
                                    


En el vuelo de regreso a Bogotá estaba preocupada por lo que tendría que enfrentar, Nicolás ya le había advertido sobre el avance del proceso con la empresa, sabía que los documentos que había firmado no eran suficientes para solucionar los problemas, ella tendria que estar allí y firmar nuevos documentos, pero no importaba, firmaría lo que fuera necesario siempre que pudiera deshacerse de todo, especialmente de él. Por más que lo había perdonado ese día en em frente al mar con D Catalina, no quería verlo más, no podía entender cómo después de todo lo que le había hecho, todavía tenía el coraje de ir a su casa para quejarse a sus padres de que ella quería robarle la empresa, él se habia metido con lo más sagrado para ella: su familia y eso le dolía mucho, tal vez más que el sucio juego de la seducción en sí, sin embargo ella no sabía cómo reaccionaría su corazón traicionero, para eso debía mantener las distancias o nunca podría vivir en paz.

En Bogotá él también estaba aprensivo, sabía que ella había regresado, sabía dónde podía encontrarla, su corazón se aceleraba ante la idea de volver a verla, pero también sabía que no podía fallarle una vez más a Marcela, y esto lo estaba matando. En cierto modo ella lo salvó de la muerte al ir a su rescate en ese bar donde lo habían golpeado sin piedad, pelea buscada por él, cierto, pero hoy, al pensar en ello, se siente aliviado de que ella haya ido a su rescate , si no hubiera estado vivo, no habría tenido la oportunidad de volver a ver a Beatriz.

Estaba sumido en estos pensamientos hasta que un ruido en la puerta lo hizo reaccionar, era Mario advirtiéndole que tendrían otra reunión con Santa María. En la reunión, el abogado dijo lo que para él era obvio, ella no podía devolverles la empresa, de lo contrario los bancos y otros proveedores le harían "pedazos", lo ideal sería que siguiera con el mismo embargado, esto provocó que una gran revuelta en algunos de los accionistas, Marcela y Daniel más precisamente, no aceptaban que tendrían que seguir dependiendo de ella, y más no aceptaban que tendrían que pedirle, suplicarle que colaborara con ellos, sin embargo esto era la única salida si querían salvar ecomoda, en base a que luego de algunas discusiones se acordó que Dom Roberto sería el encargado de contactarla y hacerle tal pedido, ya que por obvias razones ella no aceptaría esta venida de cualquiera de los otros socios, mucho menos de él.

Y el resultado final de esta reunión fue que Santa María se comunicaría con los abogados de Beatriz para cancelar la reunión programada para firmar la devolución de la empresa, así como Dom Roberto se comunicaría con Betty para hacer tal declaración y solicitar su ayuda, sin embargo, lo que nadie sabía es que este último nunca podría hacer este anuncio.

**************************************************** **** ************************

En la sala de arribos del aeropuerto de Bogotá, Betty y Doña Catalina notaron un movimiento extraño;

C: Este aeropuerto hoy parece estar más ocupado que de costumbre, cierto...

B: Es un movimiento realmente extraño, pero como no soy un asiduo del aeropuerto... (ambos sonrieron mientras retiraban sus maletas).

Lo que aún no sabían era que en ese momento la policía acababa de detener a un narcotraficante que pretendía embarcarse fuera del país cargado de drogas ilícitas, estaban con el mismo detenido mientras lo registraban, y otros policías se encargaban de sacar a los pasajeros que se encontraban en dicho recinto, pero en un descuido de la policía, el ladrón sacó un arma y tomando como rehén a uno de los policías propuso salir del aeropuerto causando pánico en todos los presentes en ese momento, incluyendo a Betty y Catalina que acababa de llegar al vestíbulo donde se desarrollaba la actuación policial. .

C: cálmate Betty, la policía podrá revertir la situación, todo terminará bien. (Cata habló, tratando de parecer tranquila)

B: No lo sé D Catalina (Betty habló con la mano en el pecho y una mirada de angustia prediciendo lo que estaba por pasar)

CARTAS PARA BEATRIZWhere stories live. Discover now