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Diciembre 10, 1979.

La semana de exámenes había culminado satisfactoriamente, al menos para KyungSoo, que nunca tuvo problemas con los estudios.

Las reuniones con los Ace continuaban, cada vez los cursos y los simulacros de exámenes se ponían más rigurosos; sin embargo, KyungSoo lo disfrutaba, ya que así podía despejar su mente de los problemas que tenía en casa.

Los encuentros con JongIn disminuyeron un poco, debido a que ambos tenían que estudiar para los exámenes, pero ahora que ya estaban libres de ellos, podían volver a retomar esas salidas.

KyungSoo llegó a la escuela ese día, encontrando a NaYeon y a EunWoo cerca de la entrada.

—¡Llegaste! —dijo NaYeon, recibiéndolo calidamente—. Están a punto de colgar las notas.

—¿Y por qué se quedan aquí?

—Porque de lo contrario, moriremos aplastados por una horda de estudiantes desesperados —explicó.

KyungSoo vio hacia los alrededores.

—¿KiBum y TaeHyung?

—KiBum está en el aula. Ni siquiera se preocupa en ver su posición, siempre es el número uno —respondió—. Y TaeHyungnie vendrá más tarde. La señora Verde se puso malita. Ha estado así desde hace unos días.

Gracias a su compañera, KyungSoo comprendió el escenario que estaba viendo.

Unos minutos después, uno de los profesores llegó con el pizarrón que tenía las notas impresas por clase y sección. Tal y como dijo NaYeon, los estudiantes empezaron a amontonarse y ni dejaron salir al maestro que se ahogaba en medio del mar de gente.

—Pobre señor Lee... Siempre es lo mismo —dijo su amiga, sintiendo pena por el hombre.

KyungSoo estaba esperando a que los estudiantes se dispersaran, pero eso no ocurrió. De pronto, todos comenzaron a murmurar entre ellos y alguien volteó hacia donde estaban y lo señaló. Los demás lo siguieron y vieron en su dirección.

Arrugó el entrecejo confundido.

—¿Qué está pasando? —les preguntó, pero no supieron darle respuesta.

En vista de eso, KyungSoo hizo su camino hacia el pizarrón; todos los estudiantes se abrieron paso dejándole pasar y sin dejar de verlo como si fuese el nuevo mesías.

KyungSoo buscó su nombre en la lista y lo entendió todo.

—Oh Dios, le quitaste el puesto a KiBum.

NaYeon, que había llegado a su lado, se tapó la boca con ambas manos sin poder creer lo que estaba viendo, mientras que EunWoo, seguramente por primera vez en su vida, dibujaba una expresión en su usual inexpresivo rostro.

Oh, KyungSoo sabía que esto no terminaría bien.






*****

JongIn llegó justo antes de que la campana sonara, dando inicio a la primera hora de clases. Cada vez se le hacía más difícil levantarse temprano, pues había conseguido también un trabajo en las tardes para ganar más dinero y ayudar en la casa. Todavía tenía fresco el recuerdo del rostro de su padre cuando le entregó un sobre lleno de dinero; al principio se asustó porque pensó que su hijo estaba metido en negocios turbios del bajo mundo, pero cuando JongIn le contó sobre Baby, no hizo nada más que echarse a llorar mientras lo abrazaba y le reprendía por haber hecho eso, porque conocía del amor infinito de su hijo hacia aquella moto. No obstante, JongIn sabía que su padre estaba agradecido y podría decir que también más aliviado; ya tenía cómo pagar el alquiler de su local.

Once upon a Summer [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora