Quise pasar por alto eso, hacer de cuenta que no pasó, pero fue demasiado difícil cuando otro suspiro salió de tu boca y una de tus manos bajó hasta mis glúteos y, acto seguido, reforzar tu agarré, atrayéndome una vez más hacia ti, logrado rozar de nuevo ese bulto duro bajo mi cuerpo.

Jungkook, ya no somos niños y tampoco tenemos la inocencia de uno. Sabemos lo que es el sexo, lo que es una erección y lo que es un orgasmo, y ahora, bajó tu toque en mi tracero, nuestras bocas reuniéndose de nuevo peleando por llevar el control y los nuevos roces, sé que tal vez pronto demos el siguiente paso.

Pero no sé si esté listo, ¿sabes?

Jamás he estado con un hombre, y aunque conozco las sensaciones que puede tener el cuerpo masculino ante ciertos toques y caricias, no sé cómo sería tener coito con alguien igual.

Aunque debo admitir que lo he pensado. He tenido imágenes mentales de nosotros totalmente desnudos, tocándonos cómo si nuestra vida dependiera de ello, cubiertos en sudor, placer y gemidos.
Y cada imagen mental ha terminado en un Jimin mojado bajo la ducha, con la música en un tono no tan bajo y una de  mis manos sujetando mi pene mientras que la otra cubre mi boca tratando de callar mis jadeos y gemidos.

Pero aún me asusta. Es decir, ni siquiera en mi mente puedo asignar nuestros roles, o tal vez terminemos siendo versátiles, pero aún creo que es lo más apresurado.

Y, antes de que todo lo que hemos estado haciendo en esta mañana escale, la voz de Seokjin resuena a través del pasillo, alertandonos de que está despierto y que puede descubrirnos en una situación comprometedora.

Es entonces que bajo de tu regazo, sintiéndome aún muy ajetreado por todo mientras tú tratas de calmarte también.

No quiero que lo notes, Jungkook, pero realmente estoy aliviado de que nos haya interrumpido la voz de nuestro hyung, aún cuando mi entrepierna está doliendo horrores.

En un momento que no esperé, tu boca volvió a la mía y me besó con mucha dulzura, así como si no nos hubiéramos refregado hace unos instantes.

- Eso fue nuevo, bebé, pero me gustó. - dijiste nuevamente en susurro, ya que ahora sí que había alguien que pudiese escucharnos, y es que las paredes de esta casa parecen ser demasiado delgadas.

.

-Park Jimin, tenemos que hablar.

La voz de Taehyun se escuchó en mi habitación cuando entro sin tocar, valiendole poco que justo ahora estuvieras solo con una toalla amarrada en mi cintura.

- ¿Acerca de...? - pregunté mientras buscaba algo que ponerme, ya que hoy debíamos de estar en Big Hit para una sesión de complicó.

- De esto - dijo mi amigo tras de mi, proseguido de un sonido como si algo cayera al colchón.

No sé si debí a ver volteado, pero mis ojos y mi boca se abrieron todo lo anatómicamente posible cuando ví que lo había caído en mi colchón era una lluvia de preservativos de todos los colores, marcas y sabores que mi amigo pudo encontrar.

Tal vez me puse rojo, porque Taehyun comenzó a reír cuando vió mi rostro y luego, cuando pudo contenerse, jaló de mi mano y me hizo sentarme cerca de él.

No entendí nada.

-Acabo de hablar con Jungkook y me contó lo que pasó. Quiero detalles, pero no tantos. - dijo señalando a mi dirección con su dedo.

Ya sabía yo que hablabas con Tae sobre mí, así como yo hablo con Namjoon, esto último molestandele a mi mejor amigo puesto que no le cuento sobre nada relacionado con nosotros, pero ¿Qué puedo hacer? Sí también habla contigo no puedo arriesgarme a qué te lo cuente porque quiero que cada cosa que me interesa que sepas, salga de mi boca, y mi amigo nos el mejor guardando secretos.

- Jimin, es importante que los usen, a ver, sé que no me harán tío porque sería muy raro, pero tampoco deben ser tan irresponsable. O a menos que primero vayan a hacerse los exámenes para saber que no hay nada raro, aunque sería riesgoso si alguien se entera de...

- Tae, por favor, ¿Puedes no decir eso tan alto? - lo reprendí sabiendo hacia donde iban las cosas.

Aún estaba presente en mi debate interno que tuve mientras tú y yo estábamos en nuestra sesión amorosa de esta mañana, y este queriendo apresurar las cosas.

- ¿Y? - continuó hablando - ¿Ya me lo vas a contar o me vas a obligar a poner micrófonos de contrabando cuando hables con Nam? - dijo un poco en broma pero notando ciertos celos en su tono de voz.

Prometiendo que lo haría, lo obligué a recoger la lluvia de condones que tiró en mi cama, pero no sé los llevo, el muy hijo de su madre los guardó en mi cajón diciendo que un día de estos lo necesitaría.

- Hay de sabores, Jimin, solo piénsalo. - dijo cuando salimos de mi habitación y nos dirigimos hacia la sala de estar, dónde ya estabas ahí, sonriéndome en el momento en que te ví y quise lanzarme a tus brazos pero no podía, no porque los demás no lo supieran o no nos aceptaran, sino porque dos personas de nuestro staff se encontraban aquí.

Serendipity  - KookminWhere stories live. Discover now