Extra

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4 meses después

Tu respiración en mi cuello se ya convertido ya en una de mis cosas favoritas.

Me recuerda que cada día que empieza, tú estás a mi lado.

Doy la vuelta para observar la hora en mi teléfono y ésta marca las cinco de la mañana, así que vuelvo a acurrucarme en tí, está vez soy yo quien esconde mi rostro en tu cuello y me permito inhalar el olor de tu piel.

No pasan muchos minutos cuando siento tu toque en mi espalda baja y desnuda, logrado erizarme la piel y dibujarme una sonrisa tímida.

- Jimin-ssi, ¿Estás despierto? - dices en un susurro, aún cuando nadie más está en mi habitación. Me encanta cuando haces eso, por eso, no respondo, porque sé que lo harás de nuevo, y tu voz ronca y baja llegará a mis oídos provocando muchas cosas a la vez. - ¿Mi vida?

La sorpresa al escucharte decir eso fue tan grande que instintivamente me separé y observé tú rostro.

No es como si nunca te refieras a mí con sobre nombres, a veces me dices Bebé o Mochi, pero esta es la primera vez que te refieres a mí de la misma manera en la que te llamo en silencio.

Probablemente en este momento mi rostro tenga un aspecto desfigurado, porque el tuyo ya mostraba miedo, cómo si sintieras que haber dicho eso me hubiese incomodado, dándome cuenta de ello, sonreí me lancé a tus brazos, subiendo mi rostro hasta tu cuello y dejando un beso ahí.

Un beso inocente, lo prometo, pero tener tu piel tan en contacto con mis labios me hizo abrirlos un poco más hasta que el beso produjo un sonido un tanto húmedo.

Lo que no me esperaba en lo absoluto fue el suspiro que soltaste y la forma en como tus manos apretaron mi cintura, atrayendo mi cuerpo aún más a ti.

Volví a hacerlo. Dejé un segundo beso en tu cuello y la reacción fué la misma, tu agarré aumentando y una de tus manos subiendo hacia mi nuca, cómo si me alentaras a continuar.

Jungkook, por alguna razón quise seguir, y tu falta de renuencia por detenerme solo logró que yo lo deseara aún más.

Con toda la voluntad que me faltaba, me separé de ti y subí mi boca hacia tus labios, besándote de la forma que sé que te gusta, sintiendo tus suspiros saliendo por tu boca y muriendo en la mía.

De apoco y por instinto, nos fuimos sentando, yo encima de ti, en tu regazo.

Seguimos besándonos con todo el amor del mundo, y en un intento de tomar aire, abrí mi boca y tu lengua apareció en escena, entrando a mi en busca de la mía, algo que claramente acepté sin resistencia alguna.

Sin importar que ninguno de los dos le ha cepillado los dientes, vuelvo a bajar mis labios hacia tu cuello y besarlo, esta vez, usando mi lengua y con mis manos abrazo tu espalda.

Para este punto, ambos estamos jadeando lo más silencioso posible, tratando de no despertar a nadie, pero entonces tú mano viaja hacia mis glúteos y los masajea cómo si tu vida dependiera de ello.

Me separó, sonriendo, pero borro mi sonrisa en el momento que veo una mancha roja en tu cuello.

Tal vez mi boca no fue tan delicada como pensé.

Mi pecho desnudo entró en contacto con tu boca y me estremecí cuando sentí tus besos ascender a mi cuello, haciendo lo mismo que yo hice hace apenas un momento.

Pero, de forma no intencional, moví mis caderas hacia adelante, supongo que con la necesidad de estar aún más cerca de ti, lo que provocó que debajo de mi pantalón de pijama pudiese sentir un pequeño bulto.

Serendipity  - KookminWhere stories live. Discover now