Carlos: descansa, Martín, estas últimas horas han sido muy pesadas para ti... duérmete y no te preocupes por nada más... yo estaré aquí contigo, a tu lado...

Sin decir nada, el doncel obedeció acostándose en su lado de la cama mientras que Carlos hizo lo mismo en el otro lado.

Conmovido por la actitud encantadora que su marido le demostraba, Martín se acercó más a Carlos y recostó su cabeza en el amplio pecho del varón.

Esta vez fue Carlos quien se sorprendió por la acción del doncel, pero de inmediato correspondió al gesto rodeando con sus brazos protectores el delgado cuerpo del ojicafé.

Una corriente eléctrica recorrió a Martín sintiéndose protegido y a salvo de cualquier dolor en brazos de ese hombre que lo estrechaba con gentileza y cariño.

Por su parte, Carlos besó la cabeza del doncel y cerró sus ojos sintiendo que su pecho se inflaba de orgullo, al tener recostado sobre él a Martín, quien por primera vez había buscado los brazos de su marido, sin ninguna presión y sin ningún chantaje.

La pareja se durmió casi inmediatamente... ambos estaban muy cansados, pero a pesar de la tragedia de las últimas horas, los dos descansaban en brazos del otro plácidamente, teniendo una de las mejores noches de su vida.

Sin tener relaciones sexuales, sin decir ninguna palabra, Martín y Carlos vivían uno de los momentos más íntimos de su existencia... sus cuerpos no se habían fusionado, pero esta vez eran sus corazones los que, por primera vez, HICIERON EL AMOR.

 sus cuerpos no se habían fusionado, pero esta vez eran sus corazones los que, por primera vez, HICIERON EL AMOR

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En casa de la familia Riva Palacio, don Joaquín y Tiago cenaban en completo silencio, pero cuando el anciano se percató que su nieto no probaba bocado, habló.

Joaquín: ¿qué te pasa Tiago? Debes alimentarte bien, recuerda que estás esperando un hijo y ni siquiera has probado la cena...

El pelirrizado contestó: no puedo comer... no tengo nada de apetito...

Joaquín: ¿por qué? ¿te sientes mal?

Tiago: es que estoy muy nervioso... Julián dijo que hoy Diego regresa a San Benito, así que hoy hablará con él y temo la reacción que Diego vaya a tener...

Joaquín: pues seguramente no tomará a bien que Julián se entrometa en esta situación, ni tampoco estará feliz de que tú hayas hablado con Julián, pero esto es algo que tenías que hacer... me dijiste que Diego no quiere hacerse responsable de su hijo, entonces no podías quedarte de brazos cruzados, pero no te preocupes tanto que yo confío en Julián...

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