Illecebra ✠ lumity

꙳ ﹡ ⛧ capitulo 10

Tinieblas, oscuridad y deseo.

Amity despertó de golpe mirando el techo de la habitación, el sudor recorría su frente hasta bajar por sus mejillas y acabar en su mandíbula. Lamio sus labios rojizos y algo heridos, miro su alrededor dándose cuenta que estaba en la habitación de la morena. Los recuerdos llegaron a su mente como un deja vu. El dolor plantado en su espalda baja la hizo jadear inconscientemente.

Se levantó poco a poco, frunciendo su ceño ante la punzada que sentía en su cuerpo, más que nada su parte intima. Toco con sus pies descalzos la cerámica gris, caminando lentamente hasta la puerta blanca, giro la perilla abriendo de esta para salir. Un suave sonido melodioso llego a sus oídos de forma suave, era un sonido instrumental proviniendo de un piano.

Fijo sus ojos al frente, donde visualizo una espalda desnuda, con aquellas marcas que formaban parte de su magnífica piel. Sus largos dedos se deslizaban por las teclas del piano mientras tocaba una hermosa canción. Amity tomo los bordes de la camisa que extrañamente tenía en su cuerpo, mientras observaba fijamente a la mujer sentada frente a ella.

Luz elevo la mirada y poso sus oscuros ojos en la pelimorada, Amity se tensó enseguida, pero no musito nada ante la imponente mujer.

—Ven aquí, querubín. —le pide la castaña, sin dejar de tocar el piano.

Amity mordió su labio y camino lentamente hacia ella, la mayor elevo una mano y atrajo la cadera de Amity para sentarla en sus piernas. Amity la miro fijamente con una extraña sensación en su cuerpo.

Luz dejo de tocar, finalizando con una perfecta nota alta y entonces miro a la pelimorada, analizando su rostro.

—¿Cómo te sientes, Amity? —le pregunto sujetando un poco más fuerte su agarre en la cadera.

—Me duele el cuerpo... —murmuro.

—¿Solo eso?

—Y tengo hambre.

Luz sonríe esbozando una risa melodiosa ante los oídos de Amity, la pelimorada paso sus manos por el pecho de Luz, llamando su atención.

—¿Sigues queriendo que te tenga miedo? —cuestiono.

—¿No te basto con lo de anoche? —acaricia su rostro.

—No. —niega— Fue increíble, aunque literalmente me dejaste adolorida.

—¿Qué esperabas? ¿Caricias y flores? —enarca una ceja burlona.

Amity bufa.

—No, era mi primera vez, la tuve con una total desconocida.

—No soy una desconocida. Deberías sentirte orgullosa de haber estado conmigo, y seguir viva para disfrutarlo.

Amity sonríe.

—¿Es cierto lo que me dijiste? —pregunto por fin.

—Te dije muchas cosas, especifícate.

Amity mordisqueo su labio inferior.

—¿Eres un demonio?

Luz permaneció en silencio analizando su expresión facial detenidamente.

—Dijiste que eras un ángel, ahora que soy un demonio.

—Eres un ángel que se convirtió en un demonio, suena incluso fantasioso decirlo, tomando en cuenta que no creo en esas cosas. —confeso.

Luz vuelve a reír y lame sus labios.

—Te sorprendería saber que no miento, y eso, que soy la puta ama de las mentiras y el engaño. Pero en esta ocasión te digo la verdad. —explico— No soy cualquier demonio.