— Jesús perdóname por dudar de ti pero sácame ya de aquí –Pedia Jinsoul casi llorando, llevaba media hora dando vueltas y volvía al mismo lugar.
— JINSOUL EL COÑO DE TU PEPA –Escuchó una voz lejana.
Se dió la vuelta y vió a su jevita agarrada de la mano con un carajito chiquito.
— Coño, ¿Pariste?
— No estoy para tu mamadera e gallo, ¿Dónde coño estabas tú?
— ¡Grosera! –Le dijo Félix por quinta vez en el día.
— Bonita vaina –Para Lip las groserías eran parte de su vida cotidiana, su manera de expresarse– ¿Y las demás carajas dónde están?
— Las estaba buscando.
— ¿No las llamaste? Me quedé sin batería –Jinsoul se quedó en silencio por un largo rato– No me digas esa vaina, ¿No se te ocurrió?
— Upsi.
— Dios, acompáñame a dejar este niño en seguridad.
— ¿Dónde lo conseguiste?
— Ni idea, él apareció de repente.
En otro lado, Hyeju estaba metida en una tienda mientras Yerim y Yeojin estaban a nada de dejarla pelando.
— Marica yo tengo como tres bolos en esa tarjeta.
— Si Luis, ya ví cuánta plata tenías, ven para que le compres algo a tu jevita.
— ¿Cuál jevita? –Preguntó Yeojin.
— Cuál más, Chaewon –Yeojin abrió tanto la jeta que mil moscas le entraban.
— MARICA COMO QUE TE GUSTA CHAEWON.
— Coño si quieres lo gritas más alto, maldita sapa er coño.
— Si ajá, pero ¿Cómo es ese beta?
— Que coño voy a saber, esta caraja no cuenta casi nada –Respondió Yerim.
— Jaipapa.
— 'Telajeta –Hyeju le quería meter un zape a Yeojin– Marica de pana, abres la jeta y más nunca.
— No vale chica, más bien te ayudo con esa caraja.
— ¿De pana? –Preguntó Yerim mirando confundida a Yeojin.
— Si, la caraja me tiene harta de que quiere una jevita.
— Coño amén gracias a Dios, está caraja me tiene igualita.
— Ajá ya pues, aprovechando que eres el pegoste de Chaewon ayúdame con algo.
— Suelta.
— Le quiero dar algo lindo, no sé qué pero ajá.
— Berro, está peluo, yo siempre le regalo comida en sus cumple.
— Que pichirre.
— A pues, no te ayudo en un coño mejor.
— No vale, era mentira.
— Que risa todo –Dijo Yerim mientras comía unas gomitas que había comprado con la tarjeta de Hyeju– Ajá muevanla que se hace tarde en esta vaina.
— Que es chica, apenas son las 5 –Dijo Yeojin con tranquilidad.
— Iguar.