Capítulo 6

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Señor drama

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Señor drama

—Maldita sea Leonardo son las cinco de la mañana, ¿acaso no duermes?

Estaba durmiendo muy tranquilamente —como una persona normal lo haría— cuando mi móvil empezó a sonar, preferí ignorarlo, hasta que el estúpido teléfono no dejaba de sonar y tuve que contestar las veinte mil llamadas de Leo —exagere un poco, tal vez—.

Tengo la mejor noticia que puedes recibir  —el castaño me dice entusiasmado desde el otro lado de la línea.

—¿Me gane la lotería? —le respondo con poco interés—. Me estoy muriendo de sueño Leo, habla ya.

¡Tienes dinero como para no trabajar en tu vida y aun quieres más!

—Nunca estaría mal tener un poco más de dinero —reste importancia.

Bueno, en fin. ¡TENGO LIBRE LA SIGUIENTE SEMANA! —grita tan fuerte que tengo que alejarme el teléfono.

—Que bi...

¡Espera!, tiene libre la siguiente semana y cuando estuve estudiando ahí no nos dieron libre ni porque se estuviera cayendo a pedazos la maldita escuela.

—No entiendo, como tienen libre toda la semana, ¡y mientras yo estudie ahí no tuvimos libre a menos que sean días festivos! —le reclamo a mi amigo que se empezó a reír como loco.

Eso no es mi problema, Nate —responde entre risas.

—Me siento estafado y decepcionado.

Por cierto, voy a ir esa semana a Flax —me dice, ya calmado de su ataque de risa.

—Voy por ti, entonces.

Bien, más tarde te aviso a qué hora llego, por cierto  deja de hablar —. ¿Cómo vas con Lía? —pregunta de forma curiosa.

El día en que llegue a Flax con él y mi mamá fue el mismo día en que conocí a Lía y el muy sabelotodo se dio cuenta que ella llamo mi atención, por eso le dijo que me enseñara la ciudad, también es la razón por la que me dio el número de ella, sabía que de una forma u otra se lo iba a terminar pidiendo.

—¿Cómo voy de qué?

Vamos, Nate, sabes de que hablo —se burla.

—Leo, es tu prima. Aparte no estoy interesado en ella —miento.

¡Ja! —dice muy fuerte—. Eso ni tú te lo crees.

Lo ven un sabelotodo.

Lo hablaremos cuando este ahí, me tengo que ir a terminar de arreglar unas cosas.

Que cosas tendrá que arreglar a las cinco de la mañana, no lo sé y no es algo que me interese por el momento.

—Vale, nos vemos.

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