Ojos de Sangre Dorada (Traducción)

El heredero de YiLing

Un padre y un hijo

Jiang Yanli tiene algunos sentimientos

La verdad es dolorosa

Jiang Cheng hace una elección

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A la mañana siguiente, el grupo de nobles se despertó con tiempo libre, la tensión del día anterior los pegaba a sus camas. Excepto el impecable reloj corporal de Lan Xichen, que meditó durante más tiempo del habitual. Se reunieron un poco después de las ocho en el vestíbulo de la planta baja, donde los dueños de la posada ya habían preparado los platos, manteniéndolos calientes mediante un talismán que cualquiera de ellos podía darse cuenta de que era obra de Wei Wuxian.

El simple recuerdo del hombre que habían dejado en los túmulos parecía escocerles. Después de que todos se lavaran y desayunaran hasta saciarse, el grupo se sentó en silencio, con la mirada perdida. Todos eran de la misma generación, sólo les separaban años de edad. Eran los clanes de la alta burguesía de las cuatro grandes sectas y, sin embargo, se habían dado cuenta en ese momento de que ninguno de ellos había interactuado realmente de forma tan casual hasta que Wei WuXian fue sacado del exilio para recibir ayuda.

Jiang Yanli habló primero, percibiendo la extrañeza y los pensamientos de los herederos y líderes de secta que la rodeaban. Levantó la mano con delicadeza, llamando a un sirviente y solicitando que la comida fuera empaquetada. La mujer pareció mirarla confundida por un momento, antes de inclinarse y llamar a otro sirviente para que la ayudara a llevar los platos a empacar.

Una vez que se fueron, Lan Xichen preguntó: "Supongo que volvemos a A-Ying".

"Así es", sonríe Jiang Yanli, "Tenemos comida de sobra y A-Xian debe reponer fuerzas, después de enfrentarse a semejante herida..."

Jiang Cheng frunce el ceño, "Estuve pensando en ello una y otra vez, y todavía no entiendo lo que pasó,"

"Parecía que Wei-Xiong y Lan-Xiong solo estaban hablando, pero entonces todo el resentimiento de Wei-Xiong simplemente... voló hacia Lan-Xiong," Nie Huaisang se abanicó ligeramente.

Nie MingJue abrió para hablar, pero se detuvo cuando el sirviente regresó con tres grandes cajas con la comida organizada y separada entre todos. Jiang Yanli sonrió y se inclinó, y Jin ZiXuan pagó sin palabras la cuenta por todos ellos. Con una simple mirada, todos se levantaron despidiéndose y salieron a las calles de YiLing.

El bullicio matutino no estaba tan ocupado como cabría suponer, pero para una ciudad tan pequeña y en una ubicación geográfica como ésta, no podían sorprenderse demasiado. Sin embargo, la falta de sorpresa no les hizo ignorar cómo los que estaban fuera les miraban con una mezcla de curiosidad y recelo. Algunos incluso con una ligera hostilidad.

Jin ZiXuan rompió el silencio: "Deberíamos dirigirnos a A-Xian. No sé ustedes, pero nosotros no tenemos la libertad de prolongar nuestra visita. Y volver a la Torre Koi sin la presencia de A-Xian es algo que las otras sectas no tomarán a la ligera".

Habían estado caminando rápidamente, encontrando el camino de vuelta hacia el sentimiento de los Túmulos casi inmediatamente. Era un camino obvio del que se daban cuenta ahora con más luz y menos cosas que ocupaban sus pensamientos. Podían decir que lo habían recorrido con frecuencia.

"Envié una carta a A-Yao esta mañana, pidiéndole que controlara el asunto y les informara de que volveríamos pronto, sin embargo, no le di ninguna hora fija ni revelé nada de lo que hemos oído..." Lan Xichen hace una pausa, como si se sintiera incómodo con la decisión que ha tomado.