¡Cuarenta y tres!: reconciliaciones torpes y conflictos amorosos secretos.

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—Entonces no hay nada que asegure que no pasará lo mismo —pareció dudar en decirlo.

YoonGi suspiró.

—Sólo podría pedirte la oportunidad de demostrarte que no sería así, pero eso implica que confíes en mí por este momento y tienes todo el derecho de decir que no —explicó mientras el omega lo miraba con atención—. Terminaría llorando como un bebé, pero eso sería solo un daño colateral —decidió agregar, pretendiendo sonar gracioso y funcionó, porque JiMin rió suave.

—Ah, Hyung... —negó con la cabeza—. ¿Realmente le gusto tanto? —quiso asegurarse mientras lo miraba a los ojos, quizás pensando que con ello podría ver a través del alma de YoonGi y así descubrir si mentía o no.

YoonGi le dedicó una pequeña sonrisa, una linda sonrisa, un par de ojos brillantes y un par de mejillas sonrojadas.

—Me gustas mucho, JiMin.

JiMin no quería sentirse como un adolescente enamoradizo que se creía cualquier cosa que un alfa tonto le dijera, ya había caído antes, ya había creído que un chico aparentemente bueno lo quería sinceramente y casi terminó con una mordida en su cuello. Las palabras de ChanYeol se seguían repitiendo, él seguía en una lucha mental entre ambos argumentos, entre pensar que YoonGi no iba a cambiar y entre la idea que tenía de que todos los alfas no podían ser iguales, no tanto así, pero es que él era un adolescente, y mentiría si dijera que las palabras del otro no revolotearon en su corazón. ¿Sería estúpido caer tan rápido otra vez, después de hacer todo ese drama? YoonGi se oía tan sincero, tan arrepentido, él quería creer que en serio lo estaba, que en serio estaba diciendo la verdad, que el destino o algo más grande que ambos estaba a su favor.

Sin embargo, ¿cómo lo sabría? Eran tan jóvenes y tontos, ¿qué le podría asegurar que las cosas iban a resultar bien al final?

—Yo... —YoonGi comenzó a hablar de nuevo mientras la cabeza de JiMin se volvía un remolino de preguntas y dudas. El alfa lo miraba con tristeza, arrepentido hasta los huesos, su rostro era tan real para él que incluso JiMin se sintió culpable porque había sido en parte el perpetrador de esa mirada desolada—. Yo de verdad quiero que sepas que quiero ser tu pareja y también tu amigo, quiero estar contigo, quiero vivir cosas lindas contigo y hacer recuerdos bonitos junto a ti, muchos de ellos —hablaba sonrojado hasta las orejas, sintiéndose tonto porque sus palabras sonaban mejor en su cabeza—. Es decir, quiero... quiero poder ser un buen alfa para ti. Quiero enmendar mis errores y demostrarte que puedo ser diferente a la historia que me precede, porque sí fui un idiota, y probablemente lo siga siendo porque soy un tonto, pero... contigo quiero hacer las cosas bien, tan bien como podría hacerlas alguien como yo, que sigue aprendiendo.

JiMin sintió sus ojos llenarse de lágrimas y es que había estado tan concentrado en el enojo y en los celos que no había dejado que la verdadera tristeza de pensar que todo con YoonGi había acabado atacar a su cuerpo, silenciado los aullidos desolados de su lobo porque no sentía que pudiera permitirse sufrir al respecto ya que él era quien había tomado la decisión de alejarse. Pero, ¿cómo podría? ¿Cómo podría alejarse de quien sentía que no podía? Un sollozo salió entre sus labios y se cubrió la boca de inmediato, pero ya era tarde, YoonGi lo había escuchado y ahora lo miraba preocupado, culpable por ello, tomándolo del rostro como una acción desesperada que pretendía ser de consuelo, pero que sólo le provocó más ganas de llorar.

—¿JiMin? —lo llamó preocupado, las ganas de llorar golpeándolo también—. Lo siento, lo siento si dije algo mlao, lo siento, soy un idiota... no quería que... no quería esto... —sorbió su nariz, sus ojos picando, lágrimas llenando sus propios orbes—. Lo siento mucho, hice mal yo...

—Hyung... —llamó entrecortado, mirándolo con sus orbes húmedos y expresión dolorida. Sus manos subieron hasta las muñecas del alfa, sujetándose en pedido para que no lo soltara, YoonGi no planeaba hacerlo—. Me siento muy mal, no quiero que esto... no quiero terminar lo que tengo con usted porque usted también me gusta mucho... —admitió, tan sonrojado por el llanto como por la pena de lo que estaba confesando una vez más—. No quiero creer que es una mala persona, de verdad que no... pero dudé mucho y... me preocupa ser "otro" más...

De persecuciones y hermanos celosos ✧ ym ➺ omegaverseWhere stories live. Discover now