Capitulo 27

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Rubén y Mangel sólo se miran. Rubén le sonríe y le acaricia delicadamente la mano. Pero Mangel no hace lo mismo, está serio y no dice nada. Rubén está seguro que no lo perdonará y se irá, ignorándolo como ha hecho todos estos últimos días. Pero Mangel no piensa hacer eso, para nada. Está literalmente congelado, no tiene idea qué hacer. Ve que Rubén deja de sonreír y baja la mirada, y cuando está a punto de soltarle la mano, Mangel le toma delicadamente la barbilla y le sonríe. Sin previo aviso se acerca a la boca de Rubén. Están a escasos centímetros, sintiendo la pesada respiración del otro. Luego de unos segundos que se hicieron eternos, Mangel por fin corta la poca distancia que los separaba y comienza a saborear los carnosos labios de Rubén. Al principio el castaño no reacciona, pero luego le sigue el beso. Ambos extrañaban esto, sentir los dulces labios del otro en los suyos, mordiéndolos delicadamente y saboreando cada parte de la boca. Ambos extrañaban estar juntos, reír juntos y conversar de cada cosa que se les ocurría. Extrañaban sentir el calor del otro, ambos se extrañaban. ¿Estas cosas ocurren cuando estás enamorado? Y si es así, entonces Mangel y Rubén están más que enamorados. Se aman de una manera que nadie puede imaginar. Son tan diferentes, pero a la vez tan iguales. Quizá ese famoso dicho es cierto, que los polos opuestos se atraen y los iguales se repelen.

Les gusta volver a sentir esas mariposas asesinas en el estómago, sentir que sus mejillas se enrojecen por un simple gesto del otro. Les gusta sentir el tacto de su piel y escuchar su risa. Si esto no es estar enamorado, ¿qué es? 

Mangel tímidamente rodea el cuello de Rubén con sus brazos y se apega más a él, Rubén lo imita rodeando la cintura del pelinegro. Luego de unos segundos, se separan, y se funden nuevamente en un gran abrazo cargado de amor. Mangel apoya su cabeza en el hombro de Rubén y cierra los ojos, cuánto extrañaba el perfecto olor del castaño. Ruben suspira y disfruta lo más que puede aquel momento. 

- ¿Esto significa que me has perdonado?.- Pregunta, sonriendo. Mangel también sonríe.

- Claro que te he perdonado.- Responde. Ahora es Rubén quien toma la iniciativa y vuelve a besarlo. Pero Mangel no dejará las cosas hasta ahí. Tímidamente saca las manos del cuello de Rubén y las baja hasta el borde de su camiseta. Introduce las manos y comienza a tocar delicadamente la espalda desnuda de Rubén, quien se estremece un poco pero no se quita. Al cabo de un segundo, le quita completamente la camiseta, dejando el pecho del castaño desnudo. Mangel se sonroja y Rubén ríe, pero aún así no se despega de los labios del pelinegro. Cuando está a punto de quitar la camiseta del otro, piensa en una cosa.

- ¿Estás seguro de que quieres hacerlo... aquí?.- Pregunta al tiempo que se separa un poco de Mangel, quien se sonroja mucho más. ¿Es eso posible?

- Oh... pues... s... supongo que... no...- Dice tartamudeando, claramente nervioso. Es la primera vez que hará algo así y está nervioso a límites extremos. Rubén sonríe egocéntricamente.

- ¿Te aguantas hasta el departamento?.- Pregunta. Mangel ríe y asiente con la cabeza. Es obvio que Rubén está seguro, pues ya lo ha hecho antes y tiene experiencia. Pero Mangel es sólo un novato, aunque no se lo dirá. 

Rubén levanta la camiseta del suelo y se la pone, agarra con una mano la guitarra y con la otra firmemente a Mangel. Comienzan a caminar y luego bajan cuidadosamente por las escaleras. Mangel se sorprende un poco al ver con la facilidad que Rubén abrió la puerta, seguramente Alex o Paola la estaban bloqueando cuando él intentó abrirla. Cuando ya están fuera del teatro, Rubén agradece a los guardias, quienes se sorprenden un poco al ver que están tomados de la mano, pero no les importa. 

Caminan tranquilamente por la noche, sin preocuparse por estar tomados de la mano. Casi ni hay gente, así que es mucho mejor. Ríen y hablan de todo, como no hicieron esos últimos días. En un momento ambos se quedan en silencio, pero Mangel comienza a escuchar rápidas pisadas cerca de ellos, pisadas que a veces se detienen. Mira disimuladamente a todo lados, pero no ve a nadie.

- ¿Ocurre algo?.- Pregunta Rubén. Mangel se voltea e intenta quitar las locas ideas de su cabeza.

- No, no te preocupes.- Sonríe para parecer más convincente. 

Siguen caminando, pero las pisadas no se detienen. Cuando está completamente seguro de que son reales se detiene en seco y mira hacia un arbusto, de donde sobresale dos bultos. 

- ¿Pasa algo, Mangel?.- Pregunta preocupado Rubén. Mangel no responde, sólo sonríe.

- Paola, Alex, salgan de ahí.- Dice.

- ¿Pero... qué?.- Paola se levanta de detrás del arbusto y los mira confundidos.- ¿Cómo lo supiste?

- Ya te dije que somos malos espías.- Dice Alex al tiempo que se levanta y sale. 

- ¿Qué hacen ustedes ahí? El plan era que luego se fueran, no que se quedaran cotilleando.- Les reprocha Rubén.

- ¿El plan?.- Pregunta Mangel mirándolo. Rubén sonríe.

- Me ayudaron con todo esto.- Responde.- Ahora, ¿por qué están acá?

Paola y Alex se acercan a los dos muchachos, es la chica la que responde.

- Bueno, quería saber si se habían reconciliado.- Dice, luego se corrige.- Queríamos.

- Se me hace mazo raro ver eso.- Dice Alex mientras mira las manos unidas de los dos muchachos, al tiempo que sonríe. Paola lo mira confundida y Alex le hace un gesto hacia sus manos, cuando por fin lo pilla, sonríe.

- ¡OH POR DIOS NO ME HABÍA DADO CUENTA DE ESO! ¡ES DE LO MÁS LINDO!.- Dice mientra da saltitos y aplaude, como toda una fangirl. Los otros tres muchachos ríen. 

- Venga, no es para tanto.- Dice Rubén.

- ¿Que no? ¡Están otra vez juntos!.- Vuelve a gritar, se acerca a los dos y los abraza. Luego de unos segundos se separan y siguen caminando.

- ¿Y? ¿Qué tal lo que te preparó?.- Pregunta la chica a Mangel. Éste sonríe.

- Me encantó.- Él y Rubén se miran sonriendo, y no se despegan hasta que Alex habla.

- Ya, pero dejen las cursilerías para después.- Ríe.

* * *

Mangel y Rubén suben por el ascensor hasta su piso. Hace unos minutos se despidieron de Paola y Alex, quienes se fueron a sus respectivos departamentos en taxi. Cuando ya están arriba, Rubén acompaña a Mangel, quien lo mira confundido.

- ¿Quieres dormir aquí?.- Ofrece al tiempo que cierra la puerta.

- ¿Dormir? Nosotros dejamos algo pendiente.- Rubén sonríe y se acerca a Mangel, al tiempo que comienza a besarlo.

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WUAJAJAJAJAJAJA dejo lo que todas están esperando para el próximo cap <3 ¿Qué les ha parecido? Perdonen si está un poco aburrido o algo por el estilo, cuando lo tenía listo el compu se pegó y no pude hacer nada para restaurarlo, así que tuve que reiniciarlo y perder todo ;-; Ojalá les guste aunque sea un poco :D no olviden comentar y votar, miles de agradecimientos <3 nos leemos el viernes, un besazo y chao chao

Rubelangel_Vale

Promise? (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora