[08]

498 75 7
                                    

El Omega buscaba al lobo en el día, en la noche el lobo lo perseguía a el. Buscaba el rastro con el olor del mechón de pelo, pero siempre lo llevaba a un solo lugar.

— ¡¿Otra vez?! — gritó espantando al pelirrojo que estaba cortando leña.

— ¿Por qué siempre que buscas llegas hasta a mí? Ni que tuviera al lobo pegado a mi — dejó el hacha algo lejos.

— esto es muy extraño... Pero puede ser porque coinciden en el olor y por alguna razón también en la escencia.

— yo te recomiendo que en la noche intentes seguirlo — recomendó.

— ya lo he intentado, siempre me sigue a mi para comerme y quieres que yo lo siga a el. Es imposible.

Lanzó una flecha al árbol derribando un cuervo, este tenía algo en su pico, un poco de pelaje rojizo.

— no es de el — dijo el castaño oliendo aquel trozo de pelaje.

— iré a traer un perro de rastreo, tal vez me lleve al lobo o al menos a su escondite.— Se fué dejando el pelirrojo con su hacha.

[•••]

El castaño iba con precaución con el perro entrenado al frente de el. Pero está vez lo llevó a un lugar bajo un árbol. Encontrándose con el pelirrojo denuevo.

— ¡AAAHHH! YA NO PUEDO, listo me rindo — miró a Ari que estaba ahí dormido.
El no se dió cuenta de unas manchas carmesí brillante en la nieve, era raro que se quedara intacto. Miró más allá de las sangre encontrarse con varios cuerpos.

— Andrés... — lo llamó girando su rostro al lugar donde estaban los cadáveres.

Estos cadáveres era muy recientes, hecho hace algunas horas. Estaban hecho añicos pero se podía saber quiénes eran.

Pero lo que más los desconcertó. Fueron las pisadas raras que habían. Solo se daban 2 pisadas, pero eran de lobo. Algo humanoide.

— ¿E-estas pensando l-lo mismo que yo? — le preguntó el castaño al pelirrojo que se encontraba pasmado a su lado.

— c-creo que si. — el pelirrojo dejó de mirar los cadáveres destrozados, le daba asco la sangre y eso.

— no es un lobo cualquiera, es un... — dedució intentado buscar la palabra.

— hombre lobo. — continúo su compañero bicolor.

— pensaba que solo eran leyendas, pero parece que todo tiene una razón. — buscó a su alrededor algún tipo de rastro más. Nada.

— no hay más rastro.

— debemos hablarlo con el pueblo, si logramos encontrar al huésped, matado al lobo, no más muerte.

— pero... Y si no es conciente — dijo el pelirrojo algo le decía que era así.

— ¿Cómo estás tan seguro? — lo miró de forma fría.

— puedo sentirlo. Con todas mis fuerzas, estoy seguro. — lo tomó por los hombros. — solo... Confía en mí ¿Si?

— está bien. Pero si nos mata será tu culpa.

El pelirrojo solo sonrió, al menos lo convenció. Desde que lo había conocido, era difícil hacerlo cambiar de opinión.

[•••]

Llegaron al pueblo después de un largo día buscando más cosas que los llevaría con el hombre lobo que los estaba estaba atormentando, aunque el pelirrojo seguía insistiendo que no era intencionalmente.

Caminaron hasta la biblioteca del lugar, evadiendo a cualquiera. Llegaron hasta la estantería que tenía grabado "mitos y leyendas"

— ¿crees que haya algo aquí? — preguntó el pelirrojo mirando como el castaño miraba los libros buscando algunos que le ayude en su travesía.

— si no lo buscamos es 100% No. Si lo buscamos la probabilidad es de 50 50.

— eso no responde mi pregunta.

— no lo sé, pero no perdemos nada buscando — lo miró mal, esa mirada era fría y con una expresión de "cállate y no hagas preguntas"

[•••]

— vez, te dije que encontraremos algo al menos — sonrió con victoria en su expresión.

— 5 horas de estar leyendo valió la pena — bostezó el pelirrojo, ya era como las 10, el bibliotecario vivía en la biblioteca y pues este estaba escondido por algún lado por el lobo.

— ahora lo único que debo hacer es estudiar esto. Pero será mejor pasar la noche aquí. — el castaño también dejo salir un bostezo largo, si estaban cansados.

— pregunta. ¿Dónde piensas dormir?

— pues en los sofás de la biblioteca. — señaló dicha estructura de madera y tela.

— me decían gran observador en mis tiempos — dijo con sarcasmo.

— se nota — rió entre dientes.

Bueno... Ese sería el final del día para ambos. Dormidos ahí abrazaditos con una cobija que encontraron por ahí, que por suerte estaba sin polvo.

[•••]

El castaño caminaba por el bosque con su compañero atrás de él. Buscaban alguna pista del lobo, ¿vino anoche?

— esto es extraño, no hay huellas ni una desapareción... Nada de nada. — suspiró el pelirrojo tirándose a la nieve.

— si... — se tiró a su lado, agarrando la capa roja que el pelirrojo siempre llevaba para abrigarse. — es muy suave... ¿Dónde la conseguiste?

— mi madre la hizo para mí, la tengo desde que tengo memoria.

— parece ser una tela tan simple... — acariciaba la tela con precaución — pero, es tan suave como el pelaje de un animal...

— eso... Nunca lo había pensado.

— ¿será porque la usas todos los días?

— ou...

[•••]

Después de no encontrar nada el pelirrojo se fué porque su abuela le llamó.

— solo quedo yo... Pero Ari tampoco era destituido de la teoría. Solo se que yo no soy, lo he visto y he estado en el mismo lugar que la bestia. — pensó en su cabeza.

Se la pasó todo el resto del día buscando algunas pistas y poniendo alguna trampa o algo que le ayude a atraparlo.

Hasta que por fin llegó la noche. Preparó todo y ya tenía varias formas de atraparlo. Ojalá funcione.

Pero si necesitaba la ayuda de su novio, aunque sea por la motivación. Fué a su cuarto y buscó, no lo encontraba, miró la capa que se extendía por la cama. No parecía nada especial, pero al tocarla, no sentía lo mismo que hace unas horas.

— esto... No es normal. — cayó en cuenta — ¡Ari! ¡¿Dónde estás?! ¡¡Mierda!! — estaba de noche y no estaba. Era obvio que estaba en algún lugar del bosque.

— ¡¿Que demonios está pasando aquí?! — entre lo señora de avanzada edad. — ¡¿Quién eres?!

Continuara...

-El- Spartor-omegaverse Where stories live. Discover now