Capitulo 3: Volviendo al Mar

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No sé cuánto nade solo podía sentir mis brazos y piernas adoloridas como si cientos de clavos se clavaran en ellos, cuando llegaba a puerto el sol ya salía grité tan fuerte como pude pidiendo ayuda todo se empezaba a volver borroso, mi cuerpo rogaba descanso, por suerte unos hombres de la marina fueron ayudarme en un pequeño barco.

─ Señorita, resista su padre la está buscando

─ Elizabeth...

─ ¡Comodoro Norrington!

James, sálvala, peligro... ─ fue lo último que dije antes que todo se pusiera negro

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James Norrington cargo a la hija menor del gobernador, se veía tan débil, indefensa y hermosa a la vez como una ninfa o una sirena, ella parecía no darse cuenta que el por qué se le llamaba bruja era por el hecho que hechizaba con esa mirada, tan bella como el mar todo marino quisiera poder verlos todos los días y más cuando estaba feliz; no podía llamar al gobernador ahora tenía que proteger a su futura cuñada, cubriendo el maltratado camisón con su chaqueta al interceptor, debía llamar a un médico para ella, la pequeña niña que conocía sin duda ya se estaba volviendo en una bella jovencita que las mujeres envidiosas calumniaban, sentía la necesidad de cuidarla como Elizabeth, eso creía pues no podía sentir nada más por ella.

─ ¡COMODORO! ─ llamó uno de los hombres de la marina─ ¡Señor, se han llevado el invalido!¡Sparrow y Turner se lo han llevado!

─ Insensato hombre, Turner, realmente insensato ─ dijo el comodoro con decepción─ Es sin duda. El peor pirata que haya visto.

Norrington ordeno avanzar para recuperar el bote, el pirata iría a la horca y Turner a prisión, amarraron cuerdas y abordaron al intrépido todos los marinos esto sería rápido para volver a su búsqueda y cuidar de la pequeña Swann.

─ ¡Busquen en los camarotes, las bodegas y los barriles! ─ ordeno, ninguno logro ver que los intrusos subían al otro bote y los dejaban, el pánico y furia cubrió el rostro del comodoro, ese malito pirata ─ ¡Vuelvan al interceptor! ¡YA! ─ trataron, pero el barco ya estaba alejándose.

─ Gracias, comodoro, por prepararnos el barco ─ dijo Jack al timón sin duda con una sonrisa─ Nos hubiera costado mucho hacerlo solos.

Los disparos no se hicieron esperar, pero los tripulantes se escondieron con agilidad las dos hijas del gobernador secuestradas por piratas distintos en menos de un día de diferencia.

Preparen las velas hay que avanzar

─ El viento está a un cuarto, no los alcanzaremos

─ ¡Comodoro han inutilizado el timón!

─ ¡MALDICION!

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Me levante por los gritos, desconcertada, lo último que recuerdo es llegara al puerto y la caricia de alguien en el rostro además de la calidez de unos brazos. Recuerdo este camarote, papá nos trajo a ver el barco más rápido de la marina, ¿Dónde estaría papá? Seguro íbamos a rescatar a Elizabeth, pero ¿debería haber más voces no?

─ ¿Will? ─ me asome extrañada al oír su voz ─ ¿Will, eres tú? ─ pregunte saliendo del camarote sin importar cubrirme

─ ¿Mer? ─volteé a verlo no pude evitar abrazarlo, pensé que había sido herido en el ataque─ pensé que habías sido secuestrada también

─ Logre escapar, Will eso piratas no son humanos

─ ¿Qué dices?

─ Eran como cadáveres

Piratas del caribe: la maldición del Perla negraWhere stories live. Discover now