Denise puso los ojos en blanco y luego se dispuso a preparar su cena al tiempo que se preguntaba el nivel de desconexión que debía tener con el resto del mundo como para no darse cuenta de que tenía un nuevo vecino.

Esa noche, mientras se cenaba un par de huevos revueltos a la mexicana le escribió a su mamá.



Denise:

Ma ¿Sabías que el sobrino de Doña Rosa se mudó a su casa?

Mamá:

Sí, Doña Rosa lo agregó al grupo de la colonia y al de ventas a domicilio.

Denise:

¿Qué? ¿Esos grupos existen? ¿Por qué yo no estoy en esos?

Mamá:

No sé. Déjame le llamo al presidente de colonia para que te agregue.



Denise soltó un suspiro al ver el mensaje en la pantalla antes de recordar que tenía tarea y apresurarse a terminar su cena para sumirse en una jornada interminable de trabajo sin descanso.

La casa era solitaria de día, pero de noche se sentía como un abismo oscuro y silencioso. Su madre solía poner música a todas horas y su papá tenía una voz sumamente escandalosa. Sumado a eso, su hermanito pequeño estaba en una edad inquieta, por lo que sus risas o lloriqueos estaban presentes a todas horas. Denise agradeció la primera semana el hecho de poder estudiar en paz, pero conforme pasaban los días, el silencio empezaba a afectarle.

Nunca pensó que diría algo así en su vida, pero odiaba el silencio.

Desde hacía un par de semanas se sentía propenso a dormir poco, así que ese día también se desveló y terminó viendo cualquier cosa en youtube. Evitar la soledad le había llevado a desarrollar un extraño gusto por las series asiáticas y actualmente comenzaba a diversificarse.

Había encontrado, por ejemplo, una serie tailandesa que lo llevó a ver otras series tailandesas que lo habían llevado a ver series filipinas, japonesas y coreanas. También estuvo viendo películas de todo tipo, hasta el punto en que había perdido la cuenta de todo su consumo de cuarentena. Se suponía que aquello no duraría demasiado, pero estaban a inicios del de 2021, las vacaciones de navidad le dejaron resaca y no parecía que el asunto fuera a controlarse pronto.

A media madrugada, aproximadamente Denise se asomó al patio lateral, donde se quedó sentado, observando la noche. Aquiles salió con él y se acomodó a su lado, era raro no ver al perro del vecino afuera, no había caído en cuenta de sus desapariciones esporádicas. Probablemente el gringo lo había metido a dormir a la casa.

Se preguntó si esa vida nocturna era la que había ocasionado que su vecino se mudara sin que él se diera cuenta.

A las siete de la mañana, seguía sin pegar un ojo y pronto tendría que comenzar sus clases, así que se puso de pie para entrar en la casa cuando vio a su vecino salir. El hombre estaba usando ropa deportiva, una playera sin mangas y bermudas. Tenía una apariencia muy masculina, con la barba bien recortada y el bigote rubio, parecía el tipo de hombre que entraba a una cafetería para pedir una bebida con leche orgánica y café de grano.

Denise no sabía exactamente cómo actuar cuando Steve se detuvo y se le quedó viendo. Ambos se sostuvieron la mirada hasta que el hombre le hizo señas para que se acercara.

No muy convencido cruzó el patio hasta la barda que no era muy alta, de apenas un metro de altura, se había quedado a medias por el inicio de la cuarentena, aunque la parte de enfrente estaba terminada. Steve se puso el cubrebocas cuando estuvo lo suficientemente cerca. Al verlo frente a frente fue consciente de lo pequeño que era a su lado.

Bien, Denise no era exactamente un minion, pero media 1.72 y Steve debía rondar los 1.90. Tuvo que levantar la cabeza para poder mirarlo a los ojos.

—I'm go to the sport center ¿You know what's the adress? I never went to this place before —el tipo comenzó a hablar sin preocuparse demasiado por hacer pausas o intentar explicarse en español.

—No te estoy entendiendo un carajo —espetó, cruzándose de brazos.

Steven soltó un resoplido y miró al cielo, probablemente no había ni una sola persona con la que pudiera hablar en aquella ciudad.

—Sport center —repitió, esta vez un poco más lento. Cuando Denise se le quedó mirando en silencio, Steve arrugó la frente—. Unidad deportiva, dirección —insistió, su tono sonaba irritado.

—¡Ah! Espera —Denise fue corriendo hasta su casa y volvió con un cuaderno y una pluma—. Caminas hacia allá, llegas al muro de contención y tomas el autobús, luego miras por la ventana hasta que llegues a un lugar así —él relataba las instrucciones mientras le dibujaba un pequeño mapa, luego trató de explicárselo con señas.

Steve se le quedó mirando hasta que el chico le extendió el mapa. De mala gana le arrancó el pedazo de papel de la mano y comenzó a andar hacia la salida.

—Ugh, i hate this fucking country —espetó, mirando hacia el cielo, donde un sol abrazador comenzaba a levantarse.

—¡Oye!¡Eso lo entendí! —exclamó molesto—. ¡Vete a la mierda! ¡No volveré a ayudarte! —inquirió, para luego correr a su casa y cerrar la puerta a sus espaldas

Lo primero que diré es: No soy una genio de los idiomas, así que si encuentran alguna falta de ortografia en los diálogos de Steve pueden avisarme

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Lo primero que diré es: No soy una genio de los idiomas, así que si encuentran alguna falta de ortografia en los diálogos de Steve pueden avisarme. 😂

Lo segundo es: ¿Que les está pareciendo? ¿Les está gustando? 👀

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