The Exception [02]

🎈09🎈

Luego de llegar a su casa y limpiarse un poco los restos de sangre tanto en su ropa como en su rostro, Karol regresó afuera para poder despedirse de Spencer.

—Gracias...a pesar de lo ocurrido, fue una noche muy linda— expresó la muchacha esbozando una pequeña sonrisa.

—Concuerdo contigo —le dijo Spencer acariciándole la mejilla— Nos vemos mañana, ¿está bien?

—Claro.

Sin más, compartieron un tierno beso y cada cual tomó su camino. Karol se adentró a su hogar y llegó a dar apenas unos pocos pasos cuando el timbre sonó, por lo que regresó creyendo que se trataba de Spencer nuevamente.

—¿Olvidaste algo? —preguntó divertida, pero su sonrisa se esfumo al ver a su ex novio del otro lado— ¿Qué haces aquí? Luna ya está durmiendo.

—Lo sé— dijo este sin quitarle la mirada de encima.

—¿Entonces? ¿Qué se te ofrece?

—Sólo...pase a verte. A ver como estabas, si necesitas algo o...o el bebé, ¿algún antojo nocturno?— cuestionó con notorio nerviosismo, era claro que no había ido por eso, pero no se le ocurrió otra excusa.

—Ruggero...

—Lo que sea sólo dime e ire a comprarlo— dijo a medida que sus ojos se llenaban de lágrimas y su voz se entrecortaba.

—Nos viste, ¿no es así? —inquirió Karol con su mirada empañada, pues a pesar del enfado ella aún lo quería y odiaba verlo así. El ente la miró y asintió— No sé por qué haces esto, porque si tu objetivo es hacerme sentir mal entonces bien, lo conseguiste, ¿puedes irte ahora?

—Karol, por favor, sólo...sólo escúchame.

—Si no tiene nada que ver con Luna o el bebé entonces no digas nada y vete a tu casa.

—¿En verdad te enamoraste de ese sujeto? ¿Es él con quién deseas estar?

—Nosotros ya hablamos sobre esto, vete a tu casa, ¿está bien?— le pidió ella intentando cerrar la puerta, sin embargo este se lo impidió.

—Estoy comportándome, tan siquiera escuchame —pidió el ente— Yo sabía que saldrían, vi incluso como te besaba y no hice nada. Me controlo y lo hago sólo por ti, para que no me odies más de lo que ya lo haces, si es que eso es posible —agregó empezando a derramar algunas lágrimas— Yo te amo...te amo como no tienes idea. Yo quiero que estemos juntos nuevamente, Karol, que críemos juntos a nuestros hijos...que seamos una familia.

—Eso no va a suceder —musitó la castaña— Críaremos juntos a Luna y haremos lo mismo con el bebé pero tú y yo no volveremos a estar juntos, entiéndelo.

—¿Por qué no?— sollozó Ruggero.

—Tú sabes porque —argumentó la joven Sevilla comenzando a enfurecer, aunque eso no impidió que su mirada se humedeciera— Vete y ni se te ocurra regresar para hablar sobre este asunto. Tú y yo no volveremos a estar juntos jamás, que te quede claro.