The Exception [02]

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Pasó media hora y por fin dieron de alta a Luna, quien regresó un poco más animada a su hogar junto a su madre.

—Ahora te quedaras acostadita aquí y si necesitas algo me avisas, ¿de acuerdo?— indicó Karol mientras terminaba de arropar a su pequeña, que asintió con una adorable sonrisa en sus labios.

—Karol, ya llegué.

Se escuchó en la puerta la voz de Ruggero, quién a los pocos segundos estuvo en el dormitorio junto a ellas.

—¿Qué haces aquí tan temprano?

—Le explique a Tim que Luna no estaba bien y me dejo salir antes —explicó este acercándose para ponerse de cuclillas junto a la cama de su hija— Mi pequeña, ¿cómo te sientes?

—Estoy un poco mejor ahora, papi.

—Mi amor, cuéntale a papá lo que sientes— le pidió Karol

—Papi, me duele la barriga —dijo Luna— Pero también tengo hambre.

—Siente como si nunca hubiese comido nada —agregó Karol intercambiando miradas con su novio que empezaba a entender lo que trataba de decirle— Los resultados de los análisis indican que no está siendo bien alimentada, pero el doctor asegura verla muy saludable externamente.

—Um...mi amor, esperanos aquí, mamá y yo iremos a conversar un poco afuera, ¿está bien?— indicó Ruggero a su hija que asintió con la cabeza enseguida.

Ambos salieron fuera del dormitorio y se dirigieron a la sala para poder charlar en calma lo que estaba pasando.

—¿Qué haremos?

—Karol, si depende de mí ahora mismo salgo y tomo a cualquier persona que se cruce en mi camino para que Luna pueda alimentarse —le dijo el ente con absoluta seriedad— Puede no gustarte pero es la única solución. Ella está debilitándose y sabes lo que podría suceder si sigue sin alimentarse.

—Morirá —susurró ella angustiandose de sólo pensar en ello— Yo no digo que no se alimente, pero es que... Ella sabe que es diferente a los otros niños, pero no tiene idea de la alimentación, yo no quiero espantarla ni mucho menos traumarla por entregarle un brazo para que se lo coma— expuso tratando de hacerse entender.

—Ella es una niña lista, entenderá todo muy bien, amor, ya verás —aseguró Ruggero— Iré a buscar a alguien, ¿está bien?

—De acuerdo— musitó Karol.

Se dieron un último beso y el ente se marchó, por lo que Karol regresó al dormitorio con su hija.

—Mami, me duele cada vez más la barriga.

—Tranquila, mi amor, tu padre traerá pronto una medicina para ti— aseguró acariciando su cabello al tiempo que se recostada a su lado, abrazándola.

Habrán pasado unos cinco minutos cuando la puerta sonó, Luna se había dormido por lo que Karol se puso de pie y se dirigió a abrir, quedando en evidencia su expresión de sorpresa al ver a Bill del otro lado. Y no sólo era él, sus amigos lo acompañaban.