^MY LADY ASTRID^

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-Adelante.- concedió el heredero y ambas entraron y de inmediato hicieron reverencia.

-Buenos días.- saludaron ambas al mismos tiempo, el matrimonio saludó con la cabeza y Astrid se dirigió a la plataforma circular que habían traído nuevamente a su habitación, allí simplemente las dejó hacer su trabajo.

-¿De qué color desea el vestido, Lady Astrid?- preguntó la que anotaba.

-Turquesa, por favor.- pidió la chica.

-¡Vaya, qué sorpresa!- expresó del único hombre presente con sarcasmo y su esposa le sacó la lengua.

-Es color que favorece mucho, alteza.- comentó la misma chica- Aunque déjeme decirle que el rojo también le queda muy bien.- agregó recordando el vestido rojo que se puso para el desfile que dan anualmente la familia real para su nación. Pero Astrid no quiso recordar ese día, pues al terminar con la ceremonia, terminó peleando con Hiccup, pues toda la gente gritaba y pedía por ella, opacándolo por completo a él y, claro, él le reclamó y le dijo que era su culpa por ser "tan buena" con la gente.

-En la cintura tiene 73 centímetros.- habló ahora la otra chica para que su compañera lo anote y sacó de sus recuerdos a la princesa.

Tras escuchar la medida, Hiccup miró sorprendido a su rubia y ella también lo miró avergonzada, se sonrojó al sentir la mirada de desaprobación y bajó su mirada al suelo.

-Eso es todo, retírense.- espetó el Haddock y las mucamas dieron otra reverencia, antes de marcharse- ¿73 centímetros?- repitió en tono de regaño.

-Hiccup, yo...- las palabras no puedieron salir de la boca de Astrid, claro que ella nunca tomó límites para comer, pues siempre hacía algún tipo de ejercicio para no perder su figura, pero ahora con sus responsabilidades de princesa y esposa del heredero, no ha tenido tiempo de seguir con su rutina. Se sintió avergonzada, pues los reyes también le pidieron que mantenga una cintura pequeña para que se vea mejor ante las cámaras y la sociedad, pero ahora falló.

-Antes de casarnos tenías 53 centímetros, ahora 73. ¡Por qué diablos has engordado! ¡Tienes que verte perfecta para que hablen bien de mí!- le reclamó furioso, pero no midió sus palabras, las cuales hirieron mucho a su esposa.

Obviamente, la ojiazul se sintió fatal ante sus palabras y no pudo evitar que las lágrimas salieran de sus ojos, tampoco pudo responder, sólo sollozaba por lo bajo mientras miraba al suelo.

Mientras que por otro lado, Hiccup recién analizaba sus estúpidas palabras y quiso arreglarlo, no obstante, cuando iba a decir algo, alguien se le adelantó detrás de sus puertas.

-Lady Astrid, su hermana, la señorita Elsa Hofferson, ya la espera para su cabalgata juntas.- le avisó un sirviente.

-Claro, dígale a mi hermana que me dé un minuto, ahora le doy el encuentro.- pidió la rubia tratando de que su voz suene lo más normal posible, luego de eso se secó con amargura sus lágrimas y se dispuso a cambiarse.

-Astrid...- el castaño intentó hablar de nuevo, pero ella lo interrumpió.

-Que tenga un buen día con su hermano, excelencia.- se despidió cuando estuvo lista y lo dejó sólo en su habitación.

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3 Meses después...

Cierta princesa patinaba por un gran salón del castillo, era un salón que, por lo general, estaba vacío y sin ningún uso, por lo que ella lo utilizaba para pasar su tiempo a solas y patinar con tranquilidad.

Sin embargo, sintió unas enormes ganas de vomitar, por lo que patinó muy rápido hacia su habitación y se adentró en su propio baño para arrojar.

-Mierda...- murmuró una vez que terminó, pero para ella no fue suficiente, así que metió 2 dedos hasta el fondo de su garganta e hizo presión, fue cuestión de segundos para que vomitase de nuevo- Eso es... Creo que fue todo el almuerzo...- se dijo a sí misma entre jadeos.