Dos filas de hombres inclinados dándole la bienvenida a su jefe, cuando uno de ellos, nuevo en el grupo, se le ocurrió levantar la cabeza para ver al jefe, abrió grande los ojos y la bajo de nuevo
Inmediatamente el jefe se detuvo y camino lentamente, hasta que el nuevo miembro pudo ver unos zapatos relucientes frente a el
- ¿tenías mucha curiosidad de ver mi rostro? – el hombre tembló ante esas palabras
Sabía lo que significaba ver el rostro del jefe, sabía que debía mantener la cabeza abajo, pero su curiosidad fue demasiada y ahora sabía que moriría por ver el rostro de la bestia
Forth Jaturapon mejor apodado como la bestia, por la gran cicatriz que distorsionaba la mitad de su rostro
Aunque su manera de solucionar problemas también le hacía honor a su nombre, pues parecía completamente una bestia cuando comenzaba a matar
Forth era el sucesor de la mafia, cuando su padre murió el quedo a cargo, tenía solo 17 años cuando su padre murió y desde entonces el empezó a darle rienda suelta a toda clase de atrocidades inimaginables
En el grupo solo había un par personas que habían visto el rostro de Forth, su ama de llaves quien había sido su nana desde niño
Su jefe de seguridad y su mano derecha, que ambos eran sus mejores amigos, aunque no siempre estaban de acuerdo en cómo hacia las cosas, pero no querían arriesgarse, porque cuando Forth se volvía loco, no había quien lo volviera a la realidad
- Te he hecho una pregunta –
- Lo siento señor, no he visto nada, lo juro –
- Además te atreves a mentirme – el sujeto sudaba en frio, sabía que no había nadie que pudiera salvarlo de esto
- Jefe déjelo ya, tenemos cosas que arreglar en este momento – Forth se giró y lo vio con una mirada que hizo a su amigo temblar
Forth sacó la pistola y le dio un tiro en la cabeza, nadie se atrevió a levantar la cabeza, ni siquiera pestañearon
- Ya saben que es lo que pasa cuando rompen las reglas –
Guardo su pistola y volvió a retomar su camino con sus dos hombres de confianza detrás de el
Las reglas habían sido que nadie podría ver el rostro de Forth, porque cuando lo hicieran seria lo último que vieran en su vida
A lo largo de la historia había sido varias las personas que se habían arriesgado a ver el rostro de Forth
Amantes, súbditos, personas de servicio y todos habían terminado de la misma manera
Cuando Forth salía a la calle usaba una máscara en la mitad de su rostro, odiaba que las personas se le quedaran viendo en la cicatriz, sabía que llamaba mucho la atención y aunque la llamaba también con la máscara era diferente, porque al menos no tenían el descaro de acercarse a preguntarte ¿Qué era lo que le había pasado?
- ¿no es mejor que uses la máscara y te dejes de andar matando gente de esa manera? – pregunto Caín, su mano derecha
- ¿y perderme la diversión de ver como la vida se apaga en sus ojos? Jamás, además de esa manera los tenemos a todos siguiendo las reglas –
- Estoy de acuerdo con Caín, sería mejor que utilizara la máscara y parara de hacer estas cosas, por esa razón la gente lo llama la bestia- los ojos de Forth se encendieron en ese momento
- Odio usar esa mascara, es incomoda, además ¿Qué importa que me llamen la bestia? eso es lo que soy ¿o no? –
- Sabes que no es así ¿Por qué no tratas de que de arreglen las cicatrices? – Dominic su jefe de seguridad, había tratado de convencerlo otras veces, pero no le interesaba
