The Stripper Ꞝ Sahyo

Capítulo 18 - "Un día diferente"

"Digamos que creo que no lo es, pero debería serlo, ella es muy hermosa."

Hiroshi estaba hablando con Sana. ¿Estaban hablando de mí? Sana se rió, arrojándole un trozo de pan a su papá.

—Jugar con la comida es un pecado, buenos días a todos

Hablé mientras me acercaba a la mesa. Todos me miraron rápidamente, avergonzándome. Sana me miró de pies a cabeza como si estuviera analizando todo detalle de mí.

— ¡Buenos días Jihyo! – dijo Sakura animada.

— ¿Ves Sana? Jihyo es incluso religiosa.

— ¡Papá! — Sana le dio un codazo y entonces me miro.

—Buenos días Jih, siéntate con nosotros — Sana dijo sonriendo.

¿Jih? ¿Me he ganado un apodo de Sana? ¡Mierda! ¡Deja de ser infantil, es solo un apodo! Sonreí tímidamente y me acerqué a ella, había dos sillas, una al lado de Sakura y la otra al lado de Sana, caminé lo más lejos de esa mujer, la distancia sería buena para mi cordura.

—Aquí, a mi lado.

Su voz era tranquila y decisiva a la vez. Me senté a su lado, recibiendo una sonrisa hermosa.

— ¿Dormiste bien?—ella susurró mientras se servía una taza de café.

Miré a Sana. Esta mañana, sus ojos estaban una tonalidad más clara diferentes a los de anoche, no estaban tristes, estaban felices.

—Sí, dormí muy bien, ¿y tú?

—Dormí muy bien también, Hoy vamos a salir, ¿Verdad?

— ¿Vamos?—pregunté confusa.

—Claro, Sakura está preparando todo para la fiesta de cumpleaños de mi padre para mañana y quiere nuestra ayuda para hacer algunas cosas. Yo no quería pero ella no toma un "no" como respuesta.

Miré a Sakura quien me sonrió.

—Eso viene de familia.

Sana me sonrió, probablemente causando otra sonrisa estúpida en mi cara.

— ¡Debe de ser! ¿Quieres un croissant? No los he hecho yo, pero están deliciosos. — Dijo tomando la pequeña canasta donde estaban los croissants los cuales olían maravillosamente.

— ¿Quieres hacerme engordar?

—Dudo que lo haga.

—Deberías probarlos Jihyo, son realmente deliciosos. —Hiroshi dijo tomando un mordisco de uno.

—La llevé a "Le Coffee", papá, y adivina, ¡Ella lo amó!

—No es para menos cariño, ese lugar es divino, mañana cuando vaya a trabajar a la compañía pararé allí.

—Papá... —Sana comenzó.

— ¿Qué? Puedo comprarte uno, y luego iremos a la compañía. Tengo un millón de problemas que resolver.

Mierda, un punto negativo. Hiroshi acaba de tener otro lapsus de memoria. Simplemente puse una mano sobre la de Sana, tratando de transmitir que todo estaba bien. Me miró, respiró hondo y para mí sorpresa, tan solo asintió. No se puso de mal humor, ni murmuró nada como la noche anterior.

"Buenos días, buenos días familia".

Un chico alto con cabello oscuro y desaliñada vestimenta habló mientras se acercaba a la mesa.

—Finalmente apareciste Yuta, pensé que ya te habías mudado a la casa de Sicheng.

Sakura dijo mientras escribía en su celular.