Capítulo 8. Surge la historia de amor.

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Por supuesto, fue detenido. Y no por cualquier persona.

Fue relativamente fácil escapar de los recesos de las nubes, definitivamente lo haría mas seguido. Estaba bastante feliz bajando de la montaña y comprando tanta chuchería como quisiera, recordando la comida sin sabor que se le sirvió. Compro las especias suficientes para agregar algo de sabor a sus alimentos. Y no podía faltar la razón principal por la cual se escabullo. 

Decidió comprar dos frascos de la sonrisa del emperador, ya que seria su primera vez probando dicha bebida. Le hubiera gustado compartirla con Wen Qing y Wen Ning. Pero era claro que recibiría una reprimenda por parte de su prima mayor, y Wen Ning nunca le llevaba la contraria a su hermana. 

Una vez pago y guardo en su bolsa qiankun los dulces y especias, mantuvo las jarras de vino en su mano, sosteniendo a Suibian en su mano derecha. 

Ingresar a los Recesos de las nubes fue de igual forma tan fácil como salir. Sabia que había discípulos haciendo guardia y dando rondinees por toda la secta, por si a alguien se le ocurría romper las reglas. No fue difícil para un cultivador como Wei Ying escabullirse de ellos. 

Fue justo cuando salto la barda para llegar al área de las habitaciones que se les había entregado, que sintió una presencia bastante cerca. Casi suelta un grito cuando volteando a un costado observo a un joven de túnicas blancas observándolo fijamente. No se podía tratar de nadie mas que la belleza de sus sueños. 

Wei Ying sostuvo las jarras de vino con fuerza asegurándose de que no se le fueran a caer y trato de esconderlas con su cuerpo. Aunque estar cerca del joven Lan le ponía un poco nervioso, aun así dio su característica sonrisa y espero a que el otro se acercara. 

Lan Wangji tras meditar un largo rato en su habitación y tranquilizar su corazón, se preparo para hacer guardia dado que esa noche era su turno. También por supuesto porque recordaba a la perfección que su Wei Ying en su vida pasada había roto las reglas saliendo de su habitación tras el toque de queda.

Si bien las reglas seguían escritas en el muro y todos las seguían, sus padres eran más indulgentes a la hora de castigar a los discípulos. Aún así Wangji se encargaba de que todos cumplieran con las reglas. Tomando a Bichen en su mano abandono su cálida habitación comenzando su guardia.

Al inicio todo parecía tranquilo y tal parecía que está vez no habría un adolescente rebelde tratando de escabullirse. Probablemente Wangji lo pensó demasiado rápido porque por el rabillo del ojo pudo observar un borrón negro saltando las bardas. Por supuesto sólo podría tratarse de Wei Wuxian.

Trató de reprimir la sonrisa que comenzaba a extenderse en su rostro, ante la anticipación de estar cara a cara con el hombre del que se enamoro. Dio una respiración profunda y se encaminó a donde Wei Ying estaba ingresando con las dos jarras de licor en sus manos. Observó cómo salto sorprendido al verse descubierto.

Wei Ying embozo una sonrisa tensa y Wangji le observó fijamente, embelesado por la belleza del cultivador. Seguía siendo igual de apuesto, mantenía la misma altura y porte y aunque no vestía túnicas de la secta Jiang, se veía radiante como en aquel entonces. 

Wei Ying se removió un poco, expectante ante lo que diría el joven maestro frente a el. Lan Wangji avanzo hacia el lugar donde estaba, con un brazo tras su espalda y sosteniendo su lustre espada. Por mas que lo intentaba, no podía apartar sus ojos del hombre. 

—Son mas de las 9, tenemos toque de queda. 

Wangji hablo primero, fijando su vista en el hombre frente a el y observando la forma en que los ojos de Wei Wuxian lucían sorprendidos. Como si le conociera, lo cual acelero un poco mas su corazón. 

Una oportunidad más a tu lado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora