Capítulo 1: El inicio

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El joven de largos cabellos negros se encontraba recostado boca abajo en su cama, su rostro siendo cubierto por la almohada en la que apoyaba su cabeza, el bonito cabello sirviendo como cortina para esconder las finas facciones. Mientras mantenía sus ojos cerrados tratando de descansar, trato de hacer un suave movimiento para acomodarse de mejor manera en su lugar, sin embargo, un quejido de dolor lleno todo el Jingshi. Su respiración inmediatamente comenzó a tornarse lenta en cuanto abrió ojos; el aspirar aire se volvió una tortura para él. El simple movimiento de su espalda al aspirar causa un dolor terrible en todo su cuerpo, las heridas que surcaban su espalda se sentían como brazas ardiendo sobre su piel.

Habían pasado tres días desde que recibió su castigo, tres días en que su mente abordaba la inconciencia producto del dolor que provocan las heridas en su cuerpo. Durante ese corto periodo de tiempo donde mayormente el paso dormido para no tener que soportar el dolor, su hermano se encargó de tratar las heridas dejadas como un recuerdo de su desobediencia. El látigo de disciplina se había encargado de castigarlo, de hacerle ver sus errores y que se arrepintiera. Era una lástima, que ni todo el dolor provocado le haya hecho arrepentirse de sus acciones.

Sin embargo, si había algo que lamentaba. Gracias al castigo impuesto perdió tres días donde pudo haber buscado a Wei Ying, podría haber hecho un plan para esconderlo de todos aquellos que querían lastimarlo. Y ahora, no sabía dónde se encontraba su alma gemela, y el, estaba postrado en una cama aguantando el inmenso dolor de su castigo.

Él estaba despierto, así que fue muy sencillo detectar que alguien se acercaba a su hogar. Por supuesto, no podría ser nadie más que su hermano. Lan Wangji estaba en un dilema, pues si bien su hermano se había encargado de cuidarlo todo este tiempo, también fue Lan Xichen quien blandió el látigo y lo castigo azotándolo. El entendía a su hermano, sabía que el castigo dado no era nada comparado con lo que realmente merecía. Su hermano y su tío debieron haber intercedido por su bienestar.

Aun así, sentía un profundo dolor ante la clara desconfianza de su hermano, para él, que no le creyera fue como si una espada se enterrara en su corazón. Todos decían que las palabras de Lan Wangji no podían tomarse como verdaderas, su propio hermano le dijo que se había dejado segar por el inmerso amor que tenía por Wei Wuxian. Wangji estaba herido de que su familia y secta pensaran de esa manera, Wangji nunca mentía. No tenía por qué hacerlo, él había visto con sus propios ojos a los remanentes Wen que su Wei Ying cuidaba. Eran ancianos, personas mayores que no tenían un núcleo dorado, incluso había un niño.

Los únicos cultivadores que habitaban los túmulos funerarios era el mismo Wei Ying, Wen Qing y Wen Ning. Uno de ellos era un cadáver feroz, otro era una doctora y el ultimo cada vez se veía más cansado al controlar la energía resentida. Además, los hermanos Wen ya estaban muertos. Quiso llorar, porque nadie creía en sus palabras, nadie le apoyaba. Incluso cuando Jiang Wanyin también los había visto con sus propios ojos, nunca defendió a su hermano en las conferencias de discusión cuando hablaban pestes de él.

La puerta ni siquiera fue tocada, aun así, no le molesto en absoluto. Su hermano coloco la bandeja de comida sobre la mesa en el centro de la habitación. —Wangji, buenos días.

La suave voz de su hermano siempre le había tranquilizado, el Lan mayor se acercó al joven que reposaba en la cama y con cuidado le ayudo a acomodarse de mejor manera. Ato su cabello en un descuidado moño y después Lan Xichen se sentó junto a su hermano en la cama, acerco todo el material que utilizaría para tratar las heridas de su menor. Xichen primero desinfecto las heridas y limpio la sangre que aun supuraba de ellas. Era una vista desagradable, la tierna piel mallugada y lacerada de esa forma. Lan Wangji siempre fue perfecto a ojos de su hermano mayor, y ahora las cicatrices en su piel le acompañarían para toda la vida.

Una oportunidad más a tu lado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora