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Había llegado a la cafetería, antes de entrar recibí la llamada de Kazutora, era extraño que él me llamará a está hora, debería estar en sus ensayos.

-¿Paso algo?- pregunte.

-Estoy con los mellizos-

-¿Como es eso es posible?- me estaba empezando a preocupar  pero decidí mantener la calma.

-Saque a los niños de ahí, Giselle me llamó y me dijo que habías dejado a los gemelos con un alfa en celo, automáticamente supe que era uno de los Haitani- escuche un suspiro en medio de la llamada de parte de Kazutora -_______, se que el olor de sus hijos calma su celo, pero no olvides que ellos se abruman luego de oler tantas feromonas-

-¿Rindou dejó que los llevarás? ¿no hizo nada verdad?- estaba preocupada.

Un corto silencio se hizo presente hasta que Kazutora decidió hablar.

-Tuvimos una pequeña pelea, nada de que preocuparse, apenas se descuido saque a los mellizos de ahí y lo encerre en la cafetería-

-¡¿Lo encerraste?!-

-Si,......no es necesario que te quedes con él-

-Tengo que ir, además esta encerrado, se que ahora será más difícil las cosas ya que los mellizos no están ahí, pero no pienso dejarlo solo-

-Entiendo.......-

-Kazutora no es necesario que te quedes con Reiko y Riku, dime dónde estás y los voy a recoger, debes estar cansado-

-Esta bien, Giselle me llamó cuándo estaba en práctica, pero eso no me importo para ir a recogerlos, ahora estoy yendo de regreso a mi práctica los chicos de la banda me ayudarán con los mellizos, no tienes de que preocuparte, estarán bien conmigo-

-Kazutora.....- pero antes que pudiera terminar el me interrumpió.

-Casi estoy llegando, me tengo que ir, te llamó luego-

Y así fue como la llamada finalizó.

Estaba parada en la puerta principal de la cafetería, tenía que prepararme para lo que venía.

Respire profundamente y por fin decidí abrir la puerta, estoy segura que este lugar está lleno de la feromonas de Rindou.

Tan silencioso parecía incluso como si estuviera completamente vacío.

Precisamente me acerque al cuarto de descanso dónde Kazutora había encerrado a Rindou.

La llave giro una vez, dos veces y por fin a la tercera vez me indicaba que podía abrir la puerta y pasar, todo estaba en completa oscuridad.

Por alguna razón me sentía nerviosa.

-¿Rindou?- llame sin entrar al pequeño cuarto aún.

Podía escuchar unos silenciosos murmullos, no podía entender muy bien lo que decía.

Me apresure en prender la luz.

Mis ojos se enfocaron en Rindou parado en medio del cuarto con la mirada pérdida, me acerque rápidamente a él.

-¡¿Rindou estás bien?!- dije agarrando delicadamente sus mejillas haciendo que me mire directamente a los ojos.

𝐒𝐎𝐘 𝐁𝐄𝐓𝐀 | 𝐇𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢Where stories live. Discover now