^MY LADY ASTRID^

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-Yo...- él la pensó un poco más, pero al final, tomó su decisión- Sí voy a pedirle matrimonio.- dijo sacando una sonrisa genuina al ojiazul y a los adultos un suspiro de alivio.

Hiccup no estaba seguro de haber hecho lo correcto, pero si estar con la persona que amaba también le favorecía a su imagen, era algo bueno para todos, no iba a discutir más.

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Era el día siguiente y las hermanas Hofferson fueron invitadas a almorzar con la familia de sus novios, es por eso que ahora se encontraban en su gran mesa, disfrutando de una buena comida.

Claro, hasta que Hiccup se aclaró la garganta, captando la atención de todos.

-Mi Lady Astrid...- la llamó con suavidad y ella fijó sus ojos en los suyos, pero todos pudieron darse cuenta que se sorprendió cuando su novio se puso de pie, hasta quedar frente a ella- Todos tendrán que disculparme por interrumpir el almuerzo, pero la ansiedad me gana y ya debo decirlo. Mi Lady, desde que te conocí has sido como una canción pegadiza que no sale de mi mente, eres alguien con quién puedo ser yo mismo y me siento seguro; simplemente, déjame decirte que eres única para mí y es por eso que decido hacerte esta pregunta... ¿Quisieras ser mi esposa?- preguntó justo después de arrodillarse.

Astrid abrió un poco más sus ojos de la impresión, debía de admitir que no esperaba una propuesta ahora, pero no podía negar que le fascinaba la idea de casarse con él, tanto así que sus ojos se cristalizaron.

-Oh, por Dios. ¡Sí!- chilló, mientras se lanzaba a abrazarlo- ¡Sí, sí, sí y, mil veces, sí!- siguió hablando, al mismo tiempo que él también rodeaba su cintura para estrecharla contra su cuerpo.

Los demás presentes comenzaron a aplaudir y a felicitarlos, pero alguien más se sumaba a la lista de los que no aprobaban en compromiso, Elsa Hofferson. A ella no le gustaba el ambiente en el que su hermana menor se iba a meter de por vida, pero ella ya no quería obligarla a esconderse de todo, no privarla de su libertad.

Sin embargo, ninguno se imaginaba que ella no era la última en sumarse a esa lista.

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-¿Qué demonios estás haciendo aquí?- le preguntó un enojado príncipe a su ex amante.

Ya era de noche y cuando todos en el palacio de Berk se dispusieron a dormir, Richard, el guardia personal de Hiccup, le avisó que la señora Dumbroch estaba en la reja de los establos de nuevo y exigiendo hablar con él.

-Vine hasta aquí por una explicación.- gruñó la pelirroja furiosa, luego estrelló su mano con un periódico en el pecho del príncipe y éste lo tomó para leerlo.

-¿Qué otra explicación vas a querer? Aquí te lo dice bien claro, voy a casarme con mi novia. Es todo.- aclaró con determinación y devolviéndole el artículo.

-No, no vas a casarte con esa mocosa.- negó la ojiazul mirándolo directamente a los ojos, no obstante, el castaño bufó.

-¿Oh, en serio? Pues ella ya es mi prometida y desde ahora estamos viendo todos los detalles de la boda, por favor, Mérida, déjanos en paz y ve a hacer tu vida con tu duque.- pidió tratando de tener un poco de compasión por la chica.

-Créeme, por el bien de tu amada, no te casarás con ella.- amenazó, ignorando sus palabras.

El ojiverde frunció nuevamente el ceño, una cosa era meterse con él, pero otra completamente diferente, era que amenacen a su novia.

-¿La estás amenazando? Eso es muy bajo hasta para ti, sólo déjanos en paz. Tú no puedes hacernos nada.- dijo dándose media vuelta, dispuesto a irse, pero lo siguiente que ella dijo, detuvo su caminar.

-Yo maté a sus padres.- reveló.

¡Hola hola, genteeeeeeee!

Espero que les haya gustado el capítulo de hoy, lo hice con mucho cariño para ustedes. 💜

¿Ustedes se esperaban aquella revelación? ¿O ya sospechaban que Mérida podía estar detrás de aquel "accidente"?

Bueno, eso es todo por hoy...

¡Nos leemos pronto! 💙

A_Hiccstrid