『L』

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《☾✩꧁꧂✩☽》

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Oye, señor, sabes que estoy cansado.

I'm Tired — Labrinth ft. Zendaya.

Luego del encuentro de Shoto y Kazumi, llegaron los demás quienes se alegraron demasiado de ver a su amiga despierta y aunque la castaña, por alguna razón, no se siente muy fan del contacto físico en estos momentos aceptó todos los abrazos de sus amigos, entendía que habían estados preocupados por ella.

Al terminar la hora de visita todos volvieron hacia la academia, se habían pasado la tarde hablando de lo que sea y eso había logrado distraer por completo a la chica, su madre fue quien se quedó con ella y a pesar de haber pasado la tarde tranquila, la noche no fue bonita.

Le costó demasiado dormir y lo hizo muy poco, por alguna razón que no entendía se encontraba demasiado ansiosa, intranquila, se sentía somnolienta y con sueño pero no lograba conciliarlo, tenía comezón en todo el cuerpo sobre todo en los brazos.

Había notado la hinchazón en sus venas, recordaba a la perfección las constantes inyecciones que le colocaba Toya y supuso que la comezón en sus brazos se debía a eso, estaba teniendo leves sospechas sobre que le sucedía.

Sin embargo, ahí no quedó, cuando la picazón se calmó esta fue remplazada por nauseas y constantes mareos, había pasado una noche horrible y en la mañana la enfermera que había ido a checarla tuvo que vendarle los brazos por los aruños y la heridas que se había abierto sin querer por rascarse demasiado.

Katsuki notó las venda cuando fue a verla en la tarde al salir de clases, eso lo llevó a tener una discusión con Mitsuki, quien estaba retrasando el informarle a la de ojos castaños sobre su adicción, discusión que terminó siendo escuchada por Kazumi quien terminó enterándose que era adicta no de la mejor manera.

Sus amigos fueron ese día a visitarla de nuevo, todos lograron verla demasiado distraída e ida, no les prestaba la suficiente atención y clavaba sus uñas en las palmas de sus manos para ahuyentar la necesidad de rascarse los brazos frente a ellos, detalle que solo notaron su mellizo y su novio pues eran los únicos que sabían de la situación.

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Era el día en el que finalmente la darían de alta.

Había hablado con sus padres y la doctora Kim acerca de la rehabilitación, estaba totalmente consciente de que la necesitaba pero no quería poner en total pausa su vida, ya había perdido muchas clases y no quería seguir atrasándose.

Luego de investigar, sugirió la idea de ir a rehabilitación sin tener que internarla, sus padres aceptaron, debe ir a sesiones privadas de rehabilitación cuatro días a la semana, dos de esos debe asistir a reuniones de grupo de apoyo, los tres días que restan de la semana debe ir a citas con una psicóloga recomendada por la doctora Kim.

Sus padres habían aceptado la propuesta de la castaña por la insistencia de esta quien decidía ignorar la constante advertencia de la doctora donde le dejaba en claro que no sería un proceso nada fácil, algo que ella sabía pero quería tenerse un poco de fe.

En su casa la recibieron sus amigos con una pequeña sorpresa de bienvenida donde estaba incluso su profesor había asistido pues tenía algo muy importante que decirle a la chica.

—¿Qué era lo me quería decir, Aizawa-sensei? —pregunta la chica cuando entraron a la cocina para alejarse de los demás.

—Hablé con la doctora que atendió tu caso para pedirle su opinión profesional sobre una decisión que necesita tomar el director —explica haciendo que el nudo de nervios que la castaña en su estomago se apriete, siente que lo que le vaya a decir no le va a gustar y ese presentimiento solo aumenta al ver la expresión del pelinegro que no se encuentra seria e impasible como siempre.

—¿Qué decisión es esa? —pregunta con nerviosismo.

—Pausar momentáneamente tu residencia —suelta sin filtro, la respuesta le cae como balde de agua fría.

Kazumi ya había considerado la posibilidad de no comenzar su residencia al mismo tiempo que sus compañeros, las residencias comienzan en cuanto comienza el tercer año y ella tiene las clases de todo un período de su segundo año atrasadas, sin embargo, en su cabeza no había pasado la posibilidad de tener que pausarlas.

—La doctora Kim nos recomendó esperar a que tuvieras tu primera cita con la psicóloga y que tomáramos una decisión en base al análisis de ella —continua en vista de no obtener respuesta por parte de la de ojos castaños— Es importante que tu salud mental se encuentre en buen estado y aunque ahora creas que eres capaz de soportarlo, una adicción no es algo para tomarse a la ligera.

—¿No vería clases en todo ese tiempo? —inquiere cruzándose de brazos en un intento de mantenerse fuerte.

—Verías las clases que tienes atrasadas y tendrías entrenamientos que puedas soportar para recuperar los meses de entrenamiento que perdiste —le responde, Kazumi suelta un suspiro tembloroso sentándose en una banca de la cocina, el de ojos oscuros suelta un suspiro agachándose frente a ella— Kazumi, el camino que te espera es largo y empinado, no va ser un proceso nada fácil, eres una chica fuerte pero te vas derrumbar y tropezar muchas veces y eso está totalmente bien, solo debes recordar siempre ir a tu ritmo y que tienes personas dispuestas a ayudarte en lo que necesites.

—¿Usted... usted cree que podré lograrlo? —inquiere en un hilo de voz.

—Yo creo en ti, tus padres, tu hermano y tus amigos también —responde— Pero si tú no crees en ti misma, no va importar que el mundo entero crea en ti.

—Kazumi —la voz del bicolor rompe el silencio que se había creado entre los dos luego de las palabras del mayor— Lo siento, no quería interrumpir.

—No te preocupes Todoroki, ya terminamos —habla Aizawa enderezándose, lanzándole un última mirada a la castaña sale de la cocina dejando a ambos jóvenes solos.

El heterocromático se acerca a pasos lentos a la de ojos castaños, esta está sentada en el banco con la mirada perdida en el suelo.

—Zumi —la llama con suavidad tocándole el hombro, su toque la hace reaccionar dando un bote en su sitio y alejándose de su tacto encogiéndose contra ella— Lo lamento, no quería asustarte.

—No, yo... lo siento, no debí reaccionar así —se relaja sintiéndose apenada, no logra entender porque sin siquiera intentarlo repele el tacto de cualquier persona menos el de su hermano y eso le molesta, sobre todo porque repele incluso el de su novio.

—¿Estás bien?

—No lo sé.

Cruza sus brazos sobre la mesa y deja caer su cabeza sobre estos, sus labios tiemblan y toma una bocanada de aire para calmarse y evitar echarse a llorar allí mismo, Shoto quiere ayudarla sin embargo, no sabe cómo, normalmente la abrazaría pero es consciente del como le huye al contacto físico, por lo que opta con apoyar sus manos en la mesa y quedarse ahí parado, dejándole saber que él está ahí para ella.

No pasa muchos minutos para que la castaña estire su mano y entrelace su dedo meñique con el de él, una imperceptible sonrisa se instala en el rostro del bicolor, sabe que esa es la manera que encontró su novia de aceptar su apoyo sin llegar a incomodarse y es más que suficiente para él.


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Holu, Cocos.

Espero que les haya gustado el capítulo, no se olviden de comentar y votar.

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Coco, Fuera.

Bye.

𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍 ║ᴛᴏᴅᴏʀᴏᴋɪ ꜱʜᴏᴛᴏ║〖 ᴄᴏᴍᴘʟᴇᴛᴀ✔️〗Where stories live. Discover now