Capítulo 20

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La noticia de que Dumbledore había fallecido en su celda llegó unos meses después. No era nada nuevo, eran conscientes de que el hombre utilizaba los pabellones del colegio para mantenerse joven y vivo.

Sin eso, perdió su vitalidad en la primera semana en Azkaban.

El contragolpe sobre el uso que el hombre había hecho de la magia de Hogwarts no se vio. Los padres de todas las generaciones se dieron cuenta de repente de que el hombre había estado robando su magia. La magia que se liberaba cuando uno hacía magia en un día normal debía ser absorbida por los pabellones que rodeaban el castillo. Su objetivo era mantenerlos a salvo, asegurarse de que tuvieran un lugar donde crecer y explorar. Para asegurarse de que todos llegaran a la edad adulta.

Sin esa magia añadida, como habían previsto los fundadores, algunos de los pabellones empezaron a fallar. Dentro de un siglo, el otrora orgulloso castillo que protegía a la nueva generación de usuarios de la magia sería vulnerable. Sus encantos repelentes de muggles habrían dejado de funcionar, lo cual era una consecuencia en la que nadie quería pensar.

Había dolido saber que un par de generaciones después de ellos estarían sometidos a un mundo en el que se verían obligados a salir a la luz. Donde los muggles verían todo lo que les atañe, sería toda una nueva caza de brujas.

Sin embargo, con la muerte de Dumbledore, se produjo el cambio por el que Harry y Tom habían estado trabajando. El mundo estaba aceptando los cambios que estaban implementando. Sobre todo después de que se tomaran el tiempo de explicar por qué lo hacían así.

La noticia de que Harry Potter era el Verdadero Señor de la Luz fue recibida con asombro, los sangre pura se quedaban boquiabiertos ante los primeros señores de la magia que recorrían la Tierra al mismo tiempo. Sus títulos sólo establecían que estaban destinados a serlo, que eran almas gemelas que debían unirse para que esto sucediera (lo cual era al menos una cosa que Dumbledore hizo bien, al final).

-No sé qué pensar de esta noticia, después de todo su cumpleaños y posterior herencia fue la semana pasada. Con su muerte se siente como si te hubiera quitado esa celebración-.

Harry esbozó una suave sonrisa antes de apretar un beso en los labios de Tom -Eso es muy dulce. Pero nos estábamos preparando para su fallecimiento desde hace meses, desde que supimos lo que traería consigo el cortarle las protecciones-.

Alisando la arruga en la frente de Tom, Harry sonrió un poco más, -No dejes que esto nos quite la celebración. Casi hemos cumplido un año de casados, y qué año ha sido. Pero entonces el mundo habrá olvidado su muerte, y este será nuestro momento de nuevo-.

Tom tarareó mientras acercaba a Harry a él, besando al otro profundamente, antes de soltarse y disfrutar de la chispa en los ojos de Harry. Su marido tenía razón en todo esto, no tenía que dejar que esto lo deprimiera. Ya habían logrado tanto en menos de un año, ver todo eso crecer sería increíble de ver. Un nuevo mundo, y uno donde todos eran bienvenidos. Uno en el que los Antiguos Caminos tuvieran un papel más importante, en el que por una vez la Madre Magia fuera restaurada de la forma que necesitaba. Adorado de la forma en que sus antepasados lo habían hecho, agradeciéndole el regalo que les había otorgado a todos.

-Supongo que tienes razón en lo suyo, no debería dejar que todo lo relacionado con Dumbledore nos quitara todo lo increíble de nuestras vidas-.

Mientras tiraba de Harry una vez más, conduciéndolo a su casa, a la Fortaleza de Slytherin, por fin su hogar y por fin capaz de ser utilizado de la forma en que estaba previsto. Para que el heredero que quedaba de Slytherin pudiera formar su familia.

[♧♧♧♧♧♧]

Como se sospechaba, en el momento en que el Profeta anunció que hacía un año que el Señor de la Luz y el Señor de la Oscuridad se habían casado, comenzó una fiesta espontánea en todos los distritos mágicos del Reino Unido.

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